El emperador y el asesino (1998)

Es una magistral pieza del arte cinematográfico oriental, posee una excelente estructura argumentativa, tanto así que no se diluye aún cuando su narrativa ha sido segmentada en capítulos, los cuales van encajando a lo largo de la película uno tras otro, encajando perfectamente hasta llegar a la deducción, similar a un silogismo, contiene además un gran desarrollo de personajes, las actuaciones no son tal sino verderas encarnaciones de dichos personajes, observar con detenimiento al Emperador, la rudeza y la suma crueldad que expresa ante los demás, pero el gran miedo y dudas que siente en su interior, a Lady Shao y su amor hacia el Emperador y su fragilidad, al primer ministro y su lealtad antes que su vida, al enigmático acompañante de la Reina Madre, quien es menos taimado de lo que lo aparenta, un verdadero Maquiavelo y al atormentado espadachin quien funge de asesino, hastiado de sangre en su ostracismo, su fotografía no es menos que maravillosa, en suma cuenta es un filme hartamente recomendable y notable.