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Year of the Horse (1997)

Year of the Horse
107 min.
7,2
800
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Trailer (INGLÉS con subtítulos en ESPAÑOL)
Sinopsis
Documental sobre Neil Young y Crazy Horse. Rodada en Europa y EEUU durante la gira de 1996. También incluye escenas rodadas en 1976 y 1986. (FILMAFFINITY)
Género
Documental Conciertos Documental sobre música
Dirección
Reparto
Documental
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Year of the Horse
Duración
107 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
"Jugoso y crudo documental"
[Diario El País]
"Imprescindible y sorprendente"
[Diario El País]
3
3
Positiva
0
Neutra
0
Negativa
8
LA MIRADA JARMUSCH
Es bien sabido, al menos por todos los que nos interesamos por el cine, la gran afición e interés de algunos directores contemporáneos (algunos de ellos incorrectamente llamados posmodernos) por la música popular, especialmente por el rock y el blues (Scorsesse, Wenders, Kaurismaki, Tarantino o hasta el propio Antonioni en su día). Jarmusch, que ha contado entre sus actores y amigos con Tom Waits, Iggy Pop o Joe Strummer entre otros, no es un caso más, si no uno de los directores para los cuales la música en su cine es casi tan importante como la propia imagen. Incluso es probable que su forma de transmitir historias a través del cine no esté lejos de ser esos pequeños fragmentos, esas piezas, esas canciones (temas) de nuestro artista favorito. Esos fragmentos independientes que juntándolos nos remiten a un todo (probablemente imaginario), al todo que ese grupo significa, al menos para nosotros. Ese es el cine de Jarmusch, un cine de fragmentos, de historias, a menudo inconexas, al menos en apariciencia, pero con elementos en común.
Al escuchar a los Crazy Horse, pese a no ser, a priori, una de mis bandas favoritas, como tampoco lo es Jarmusch como director, tengo la misma sensación, cada uno de sus temas son pequeños fragmentos de vida, a menudo tan surreales como algunas de las conversaciones de los personajes de Jarmusch, pero que tiene algo en común, quizás un simple estilo de hacer rock o quizás su propia visión del rock o de la vida misma.
Lo que no me cabe duda es que el estilo Crazy Horse es un estilo que no puede más que llamarle la atención a un cineasta como Jarmusch, cineasta interesado siempre en lo liminal, en lo que está al margen del modelo dominante. Sin lugar a dudas Neil Young & Crazy Horse cumplen con muchos de los estereotipos rockeros (por algo hacen rock’n’roll) pero por otro lado son una de las bandas más profundamente antiglamurosas (com permiso de los Pearl Jam de los últimos años, que curiosamente realizaron un disco con ellos, ”Mirror Ball” en 1995) que podemos ver encima de un escenario, y estoy seguro que eso le interesa a Jarmusch, porque es así como nos los muestra. El uso de la super 8, con esa imagen cuasi sepia, esos planos neutros, nunca contrapicados, nunca picados, nunca excesivamente generales y nunca primeros planos, esa presunta neutralidad que tanto le gusta a Jarmusch, y sus largos planos secuencia, que aquí es fácil llevarlos a cabo (sólo hace falta no cortar o hacerlo en contadas ocasiones durante cada tema..), son todo al contrario al estilo videoclipero al uso, estilo MTV, decenas de cámaras en el escenario, grúas, cortes y predominio absoluto del montaje. Ahí encontramos el estilo Jarmusch en lo estético. Estética que fácilmente podremos identificar con otro aspecto, las canciones de los Crazy Horse, pequeñas historias de perdedores, “perdedores”, como los propios Crazy Horse, casi orgullosos de serlo.
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13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Parece que algo se ha muerto
Asegura un crítico musical, tras haber ido a un concierto de AC/DC, que parece estar milimétricamente programado cuándo debe ser Brian quien pise la plataforma que se adentra entre el público, cuándo debe ser Angus y cuando deben ser ambos a la vez. Y eso, hablando de la que es, probablemente, la banda de rock and roll por excelencia.

Algo ha desaparecido, como parece demostrar el testimonio del crítico en cuestión.

Algo que aún, según parece, conservan Neil Young & Crazy Horse: espontaneidad y explosión musicales, autenticidad. Rock.

La potencia sonora de los músicos en los que se centra este filme es única. Lo que hacen es pura tormenta eléctrica. Un auténtico huracán, cuyo ojo es un Neil Young al que da gusto contemplar retorciéndose sobre su guitarra, aporréandola (én señal de profundo amor, claro) como un animal desbocado, mientras salta de aquí para allá sufriendo lo que parece una serie de ataques epilépticos. De hecho, no sé cómo acierta a las cuerdas. Quizá no acierte, y ese es el secreto de sus característicos solos, que son auténticos, delirantes y estridentes torbellinos guitarrísticos.

Es decir, que en el apartado musical, un aprobado más que holgado.

Pero Jim Jarsmusch la caga un poco. Nada grave. De hecho, creo que, al contrario de lo que vaticina el tío que se parece a El Nota pero en moreno, el documental consigue captar de sobra la esencia de la relación que hay entre los cuatro músicos protagonistas. Lo que se esconde tras Crazy Horse.

Además, las imágenes de archivo y otros materiales utilizados, muchos de ellos graciosos, están dosificados con inteligencia y sirven para contrarrestar los bajones de ritmo derivados de la longitud de algunas piezas musicales (en total sólo hay seis o siete canciones) que pueden atragantarse un poco si no se es un ultrafan.

Peero en lo que no acierta el director es en tratar de traducir el sonido de NY y su banda al apartado visual. El equivalente en imagen a ese sonido crudo, visceral y desprovisto de todo virtuosismo no queda muy bien en pantalla. Menos durante dos horas. Digamos que raya, y que (a pesar de que el hecho de que en todas las entrevistas aparezca una lavadora detrás, que parece estar puesta ahí para que la gente piense "oh, que natural", se soporte) llega a extremos demasiado extremosos:

Como el final. Neil Young va a ¿quemar una guitarra? y ¿se la quitan? entonces ¿qué hace? y aparece con una vela y, otra vez, ¿qué hace? y toda la imagen se vuelve un sólo píxel con mucho grano, mucho ruído y todas esas cosas feas a las que para más inri por encima le ponen el efecto windowsmoviemaker "película antigua".
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4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
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