Hombres de mentes (2009)

Ese espectador soy yo; un espectador ansioso de que en el próximo minuto de una escena aburrida ocurra algo desternillante: una patochada del Clooney, una ida de olla de Bridges... no sé, algo que me haga considerar que ha valido la pena gastar el dinero para ver esta película que me la han vendido malamente como una comedia estilo Hnos. Coen.

Tiene cuatro o cinco golpes de humor que se agotan en el primer cuarto de hora de la película. Piensas que George Clooney, Ewan McGregor y Jeff Bridges prometen, y te van ha hacer pasar una hora y media divertidísima... pero no es así, al menos en mi caso, y es que me enteré ya dentro del cine que no era una comedia en el propio sentido de la palabra, sino que era una especie de recreación en un tono de humor ácido sobre este verdadero ejército (sí, lamentablemente existió...) de psico-soldados americano.

Aún así, sabía que, por el reparto, por el título, por el trailer y por intuición propia iba a echarme unas buenas risas, pero insisto que no fue así. El absurdo argumento lo seguía con indiferencia, lo seguía y ya está. Soy el espectador que miraba fijamente a la pantalla. Nada más.

Resulta curioso como hay veces en las que un grupo de actores son capaces de sacar adelante un producto destinado a la mediocridad y a coger polvo en las estanterías de los videoclubs. "Los hombres que miraban..." bien podría ser víctima de una gran premisa venida a menos por falta de brillantez en la puesta en escena. Por suerte, no es el caso.
El bueno de Grant Heslov ha contado con la fortuna de contar en su primer largo con un casting impagable para la historia que nos va a contar; Bridges, Spacey, Clooney... han demostrado ya en gran cantidad de ocasiones no sólo que saben reírse de sí mismos, sino que además van a hacerlo con gran solvencia. Además, el punto de partida es tan demencial como original, dónde suponemos que vamos a encontrarnos algo más parecido al humor de David O. Russell, Shane Black o los orígenes Peter Berg que a las última etapa de David Zucker o Mel Brooks. Y lo cierto es que no nos equivocamos, porque aunque tenga algún que otro altibajo, tanto la química entre McGregor y Clooney como lo gamberro de su humor hacen que mantengamos el interés hasta el final.
La pena es que con algo más de mala leche y acidez podría haberse convertido en una pequeña película de culto como un Terry Guilliam o unos Coen quizá hubieran logrado. Posiblemente Heslov ha preferido no mojarse demasiado para asegurarse el pasar su primer examen con más que eficacia. Recomendable.
Lo mejor: el reparto al completo
Lo peor: el trailer