Escena (INGLÉS)
Ver 2 más- Sinopsis
- Se basa en los años de juventud de Abraham Lincoln, que llegaría a ser presidente de los Estados Unidos (1861-1865). El antiguo leñador de Kentucky es ya un abogado que empieza a destacar por su defensa de los derechos de los más humildes. Fue candidata al Óscar en 1939 en la antigua categoría de Mejor historia. (FILMAFFINITY)
- Género
- Drama Biográfico Drama judicial / Abogados/as Siglo XIX Política
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1939 / Estados Unidos
- Título original:
- Young Mr. Lincoln
- Duración
- 95 min.
- Guion
- Música
Premios
John Ford y el Tiempo: Un hueco en la valla
17 de abril de 2009
Es primavera y Lincoln y su novia Ann Rutledge pasean por la ribera del río. John Ford los sigue en único plano, sirviéndose de un sencillo travelling lateral. Al fondo, el río; en primer término, un largo vallado. Cámara y accidentes físicos acompañan el movimiento y crean continuidad sin esfuerzo como en el gran cine clásico. Hay una tenue tensión, muy leve, creada por el escenario, derivada del hecho de que la pareja camine entre dos líneas muy firmes y definidas pero que en cualquier momento pueden desequilibrar su recorrido. Y hay un cierto misterio: Lincoln y Ann no deambulan, caminan siguiendo una guía geográfica que naturalmente encubre un sentido metafórico. La cuestión es ¿cuál es este sentido?
Llegan al punto en que el vallado está abierto, la cámara se detiene y sin cambiar de plano la toma lateral se convierte en frontal, ya que Ann va a salir hacia el espacio que idealmente ocupa el espectador.
Llegan al punto en que el vallado está abierto, la cámara se detiene y sin cambiar de plano la toma lateral se convierte en frontal, ya que Ann va a salir hacia el espacio que idealmente ocupa el espectador.
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76 de 78 usuarios han encontrado esta crítica útil
HASTA A EISENSTEIN LE ENCANTÓ ESTA PELICULA
27 de mayo de 2007
La colaboración Ford-Fonda se inició con esta película sobre el político americano Abraham Lincoln. Una película que ha recibido críticas de todos los colores, desde quienes consideran que el film es en exceso ligero y folletinesco hasta quienes lo encumbran al nivel de obra magistral.
Desde luego, para quienes desconocemos la vida de este presidente americano, absolutamente crucial en la historia del país de las barras y estrellas, la película resulta entretenida e ilustrativa de sus primeros pasos como jurista y abogado rural.
Ford, partiendo de determinados hechos biográficos como por ejemplo el trueque de los libros de leyes ó el juicio de los dos hermanos, construye una obra mayor con la colaboración inestimable de un Henry Fonda tan perfectamente caracterizado, maquillado y con prótesis maxilares incluidas que resulta casi irreconocible como Fonda mientras que es el vivo retrato de Lincoln. La figura histórica de éste es tratada con absoluto respeto y las pinceladas humorísticas con que John Ford adorna al prohombre americano únicamente sirven para realzar todavía más si cabe su categoría como hombre de leyes y sobre todo como persona.
Si a ello le añadimos algunas referencias a esa dualidad histórica con que tuvo que enfrentarse - la mediación entre dos vecinos, la elección entre dos tartas, la defensa de dos hermanos - y especialmente ese final caminando entre la tormenta a los acordes del Glory Glory Haleluya, pues tenemos como resultado una reseña digna de un personaje singular además de una meritoria exaltación del espíritu patrio. Exaltación que cautivó el interés de otro genio mundial del cine como fue Sergei Eisenstein por esta película.
Y por si todo lo anterior no fuese bastante: la interpretación de Henry Fonda, histórica. En todos los sentidos.
Desde luego, para quienes desconocemos la vida de este presidente americano, absolutamente crucial en la historia del país de las barras y estrellas, la película resulta entretenida e ilustrativa de sus primeros pasos como jurista y abogado rural.
Ford, partiendo de determinados hechos biográficos como por ejemplo el trueque de los libros de leyes ó el juicio de los dos hermanos, construye una obra mayor con la colaboración inestimable de un Henry Fonda tan perfectamente caracterizado, maquillado y con prótesis maxilares incluidas que resulta casi irreconocible como Fonda mientras que es el vivo retrato de Lincoln. La figura histórica de éste es tratada con absoluto respeto y las pinceladas humorísticas con que John Ford adorna al prohombre americano únicamente sirven para realzar todavía más si cabe su categoría como hombre de leyes y sobre todo como persona.
Si a ello le añadimos algunas referencias a esa dualidad histórica con que tuvo que enfrentarse - la mediación entre dos vecinos, la elección entre dos tartas, la defensa de dos hermanos - y especialmente ese final caminando entre la tormenta a los acordes del Glory Glory Haleluya, pues tenemos como resultado una reseña digna de un personaje singular además de una meritoria exaltación del espíritu patrio. Exaltación que cautivó el interés de otro genio mundial del cine como fue Sergei Eisenstein por esta película.
Y por si todo lo anterior no fuese bastante: la interpretación de Henry Fonda, histórica. En todos los sentidos.
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40 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
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