Claudia, esposa moderna (1943)

Todavía es una niña: corre, salta, juega, habla aceleradamente, le encanta oír las conversaciones de los demás… y se ha casado con David Naughton, un hombre mayor que ella, sin tener para nada claro el significado del matrimonio. Claudia anhela estar cerca de su madre, pero ahora vive con su marido en una lejana granja… mientras que su mamá comienza a sentir que la están reclamando desde un lugar bastante lejano, además del reclamo que de ella hace su hija. La niña casada tendrá pues fuertes razones para dejar su infancia. ¿Podrá lograrlo satisfactoriamente? ¿Será capaz de salir avante en su matrimonio?

Escritas por la novelista y dramaturga estadounidense, Rose Franken (1895-1988), con el título “Claudia: La historia de un matrimonio” (1939), las alocadas pero encantadoras travesuras de esta niña-mujer, comenzarían como un serial en la revista Redbook, y dos años después, se convertirían en una exitosa obra de teatro, protagonizada por la entonces desconocida Dorothy McGuire. La actuación de esta pícara, vivaracha y adorable chica, atraería un día el interés del productor David O’Selznick, quien entonces se haría con los derechos de la obra, y en poco tiempo, puesta en manos del acreditado guionista Morrie Ryskind (de grata recordación por su trabajo con los Hnos Marx) y encargada al sobresaliente director Edmund Goulding, se estaría rodando con la misma Dorothy McGuire en su debut cinematográfico. Desde entonces, la actriz comenzaría a ser reclamada por notables directores y productores de Hollywood, pues poseía una dulzura natural, una particular elegancia alejada por completo del divismo, una voz acariciadora y un talento enorme que demostraría luego en filmes de gran éxito como “A tree grows in Brooklyn”, “Claudia y David” (segunda parte del filme que nos ocupa) y “Gentleman’s agreement”, entre muchos otros.

Con “CLAUDIA, ESPOSA MODERNA”, el director inglés ha logrado una comedia familiar que sirve para reflexionar sobre el significado de las llamadas desgracias y sobre las “impertinencias” que mucha gente hace con el único propósito de ser valorado y/o reconocido. Al estilo de “Dulcy” otro personaje un tanto alocado que, King Vidor, llevara al cine, Claudia también demostrará que puede tener ideas sensatas y de muy favorable resultado, contra el sentir de algunos de que es “bastante necia e inmadura”. Intencionalmente, la protagonista de “Dulcy”, Marion Davies, había sido llamada para hacer el rol de la madre de Claudia, pero su bastante tontín y entrometido amante, W. Randolph Hearst, le impidió hacerlo ¡porque no le gustaba la idea de verla morir ni siquiera en el cine!

Goulding logra ser lo bastante recursivo para hacernos olvidar de que estamos ante una obra de teatro y el filme se desenvuelve en un satisfactorio ambiente campestre con unas frescas y muy gratas actuaciones de Robert Young, como el marido que habrá de vérselas con unas cuantas sorpresas; Ina Claire, la madre que se empeña en que su hija no sepa lo que está próximo a ocurrir; Reginald Gardiner, el inesperado “amante”; y Olga Baclanova como la estruendosa cantante Daruschka.

En el menor de los casos, “CLAUDIA, ESPOSA MODERNA” asegura un rato bastante divertido.

Título para Latinoamérica: “CLAUDIA”

"- En la vida no hay nada de lo que puedas estar seguro.
- Excepto de la incertidumbre".

Melodrama que provenía de un programa de radio donde el personaje protagonista también era la dulce Dorothy McGuire. Gustó a los productores tanto la obra como la actriz y esta repitió en el cine con dicho rol.
La película tal parece una obra de teatro y cuesta un poquillo entrar en materia. Y es que hay diálogos un tanto rebuscados y que parecen, en un primer instante, pocos naturales. Pero es cierto que poco a poco va atrapando y convenciendo gracias a la buena mano de Goulding tras las cámaras y a las estupendas interpretaciones, sobre todo de un contenido Robert Young.
Los personajes son humanos, entrañables en sus errores y fallos de cálculo, pero que resultan cercanos por su intrínseca bondad y el amor familiar que se destila en la historia.
Una historia donde hay algo de humor, con diálogos chistosos, pero también contenido dolor. Un melodrama en toda regla donde la vida y la muerte se yuxtaponen.
Al final deja un buen sabor de boca.

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