Leo 2008 (2002)

Sorprendente y desconocido drama del también desconocido director iraní (nacionalizado británico) Mehdi Norowzian. De hecho, lo único conocido que tiene son sus actores, de los cuales destaco a Elisabeth Shue, a la que hace siglos que no la veía y muy alejada de la adolescente tonta de principios de su carrera. La madurez le ha sentado muy bien y nos ha brindado con la que, creo yo, su mejor interpretación (aunque no sea una interpretación sobresaliente).

El trama principal de la película trata de dos cuarentones que han recibido sendos golpes duros en sus vidas y ahí están, a su edad y tan perdidos como cuando eran adolescentes, siguen cometiendo errores, siguen con sus comportamientos incomprensibles pero, ahí están, siguiendo adelante.

Mucho mejor que otros dramones con más financiación en su promoción. Ésta no lo ha tenido tanto, lo que la hace difícil de hallar, sin embargo, si tienen la suerte de encontrársela y deciden verla, no se arrepentirán, Norowzian consigue en algunos planos cortos una intensidad bastante notable. Espero que alguien se acuerde de él y decidan darle una historia con suficiente financiación y promoción, a ver qué es capaz de hacer, Leopold Bloom es un buen credencial.

Pese a su brillante reparto, un filme desconocido, casi diría que merecidamente. Joseph Fiennes es una especie de Forrest Gump de inconsolable pasado que, como el personaje de Tom Hanks, habla muy poco pero hace el bien siempre que puede. Elisabeth Shue, tan bien como siempre, es la otra protagonista y ahí es donde la historia empieza a irse por los cerros de Úbeda, porque nunca se entiende por qué hace lo que hace, y eso es terrible, por lo menos para mí, en las películas. Dennis Hopper, por su parte, hace lo de siempre y Sam Shepard y Mary Stuart Masterson pasaban por allí. En cuanto a la dirección del iraníestadounidense Mehdi Norowzian, pues no puede ser más irritante. Con planos subjetivos, lluvias de papeles para mostrar que el prota es un escritor muy sentido y demás. El final, en spoiler.