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Neil Young: Silver and Gold (2000)

Neil Young: Silver and Gold
63 min.
7,4
29
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Sinopsis
Documental de la presentación del disco "Silver & Gold" de Neil Young, que realiza un espectáculo completamente solista, acompañándose en guitarra o piano. Contiene también imágenes del backstage y la prueba de sonido, con el teatro completamente vacío. (FILMAFFINITY)
Género
Documental Conciertos Documental sobre música
Dirección
Reparto
Documental
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Neil Young: Silver and Gold
Duración
63 min.
Música
Fotografía
Compañías
10
La aguja y el daño hecho
Correrán los caballos desbocados,
horadando la vena y los sentidos.
¡Qué apetencia de mares esparcidos
en la brisa lejana del pecado!

(F. Enrique León - Mares Lejanos)

Estamos de acuerdo en que Neil Young está muy por encima de muchos en el mundo del rock a la hora de escribir unas buenas letras, pero no podemos compararlo con Dylan, Bowie o Reed. Sin acabar, quizás, de unir demasiado bien los versos, y emborronando un poco con un exceso de lenguaje coloquial un texto de un lirismo estremecedor que sobrecoge y nos presenta a las claras las dimensiones de la tragedia, en esta canción no se aleja demasiado de ellos y logra imágenes que han quedado en la memoria colectiva como ilustraciones efectivas que ayudan a intentar alejarnos del problema.

Neil supo darle con una voz introspectiva la emoción que el asunto requería, sugerir todo el desastre que se acumula en el mundo de las drogas, en concreto de la heroína que acababa de llevarse a dos amigos que tocaban con él en el grupo, habla de la muerte o vivir como si se estuviera muerto, chicos brillantes, buenos músicos que ya viven entre los muertos le recuerdan a un sol que se pierde para siempre detrás de las montañas.

Gran guitarrista y gran cantante, perseverante y con ideas propias ¿no sería pedirle demasiado que fuera un poeta maravilloso?

En esta canción no pudo liberarse del sentimiento de culpa que le perseguía, sobre todo, por la muerte del primero de sus amigos ya que intervino para poder evitarla y no hubo suerte, se notaba un cierto resquemor cuando años más tarde intentaba decir que no había sido culpa suya, había sido la propia víctima quien se hundió en el abismo blanco de la droga que busca el nirvana. Neil lo despidió cuando vio que no podía sostener la guitarra en un ensayo, lo envió a Los Ángeles, le pagó una rehabilitación que nunca llegó. Ni un solo momento debió sentirse culpable, pero los buenos tipos como él no suelen justificarse por lo que ocurre delante de sus ojos.


(21 de Noviembre de 2014)
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