La llamada de la selva (1935)

343/13(31/10/09) Entretenida, sin más esta versión libre de la famosa novela de aventuras de Jack London, donde el mayor aliciente es ver a un Clark Gable en plenitud, con un carisma que desborda la pantalla, que con su poderío soporta el peso de esta entretenida cinta en la que le acompaña la bella Loretta Young. La cinta posee una puesta en escena un tanto austera notando en demasía que están rodando en estudio, restándole fuerza a una historia que merece del marco real de la Naturaleza Salvaje en todo su esplendor y que aquí se le hurta, para dar paso a un western del montón. Destaca también la poca importancia que tiene la trama del perro, parece metido con calzador, da la impresión de ser un estorbo, la excusa para el título y enganchar al público. Recomendable a los incondicionales de Clark Gable. Fuerza y honor!!!

Cuando leí el libro de London por primera vez, de inmediato me atrapo. La historia del perro Buck esta relatada desde el punto de vita de una persona que ama alos animales, pero también la lealtad y la fidelidad que los canes suelen tener hacia sus amos. Algo que los humanos muchas veces nos cuesta tener.

Se enaltece a un hombre como Jack Thornton que rescata al animal de un desgraciado destino en esas duras tierras de buscadores de oro. Y claro, quien otro podía encarnar a este rudo y noble aventurero mas que Clark Gable que una vez mas esta en su salsa.Y a esto le agregamos a su ya legendaria andanza el tórrido romance que derrite los gélidos parajes de la filmación con Loretta. A la postre madre de su hija oculta. Así se fijo la leyenda de un actor tozudo, con momentos como este. Así como los bizarros buscadores de oro en Alaska, así de azarosa fue el camino de un actor para encumbrase en lo mas alto del cine. Una quimera por la que apostó, aun por encima de la cercanía del amor de una hija y una pareja que quedaron sepultados en el hielo. Y que solamente almas nobles como las de un San Bernardo y algunos contados humanos pueden percibir que dolor se esconde tras la fachada de un buscador de oro, de fama al que la vida le pasa la factura de manera brutal. Pero no es culpa de el; pues este ser aventurero esta enfermo. Contaminado con la fiebre del oro.