El republicano (2006)

El actor David Arquette, conocido básica y casi exclusivamente por la saga "Scream" se mete a director y da lo que promete solo que uno vea el cartel de la película. Hay veces que uno se sorprende tras las apariencias y otras no. "The tripper" es un film que tal vez juegue con referencias políticas habida cuenta de que el asesino va disfrazado de Ronald Reagan y las víctimas son hippies, ni sé ni tengo ganas de pensar en intencionalidades de este tipo, lo que queda claro es que "The tripper" no tiene ni siquiera ese extraño e inesperado encanto de cierto cine de género "llámalo serie B, llámalo Z". Tiene torpeza, visiones alucinógenas de lo más cutre, tópicos sin ningún tipo de rigor, actores realmente malos, efectos verdaderamente pobres. Arquette como realizador tiene un especial mal gusto en la composición, en los planos, en el ritmo, en el órden, en todo. Tal vez tenga sus fans dentro de la pasión por lo cutre, no es mi caso, "The tripper" es un film para olvidar, nada que ver con la parecida "The hatchet" que sin ser una maravilla era divertida, contenida y cachonda. "The tripper" es un engendro desagradable y no precisamente por la violencia ni el gore.

Hete aquí una alocada cinta de pseudo-terror, con más comedia que terror. Situaciones absurdas por doquier, actores conocidos con pocas ganas de actuar bien (creo que tampoco lo necesita), campamento para hippies drogatas -hay que decir que no todos lo son, aunque aquí no se salve ni uno de darle a la maría- y un asesino con la cara de Ronald Reagan, que se presenta como lo mejor con diferencia de este extraño slasher dirigido por ese regularcillo actor llamado David Arquette. No obstante, no aburre, te hartas de reír y puedes recrearte la vista un rato con la frágil e inocente (en el film, claro) Jaime King.

- Lo mejor: el cameo de una irreconocible Courteney Cox, con una de las escenas más tronchantes de todo el film: "¡Noooo, son criaturas de Dios! ¡Aaaaaah!". Jajajaja, qué bueno.

- Lo peor: Lo estúpido que queda el conjunto en sí y la dirección (claramente en manos de un total inexperto con ganas de dar la nota).