Peel (2019)

Emile Hirsch como actor se ha vuelto sinónimo de sentir algo por la película y, sobretodo, por su personaje. Las películas que he escogido de él, hasta ahora no me han decepcionado. Quizá llegue algún trabajo suyo que me dé sensaciones adversas pero por ahora es uno de los actores que cumple mis expectativas cuando dedico tiempo a sus películas.

En esta historia conocemos a Peel, un niño que siente y vive las cosas de manera diferente, y eso es su gran superpoder. Ese superpoder que a muchos nos gustaría conservar a esta edad adulta. Peel logra ser grande y dejar intacto el niño que lleva dentro.

El largometraje es cercano al espectador porque toca cosas personales que muchos hemos vivido a lo largo de nuestra vida. Conflictos, alegrías y momentos tristes que han hecho que seamos lo que somos a día de hoy. El film cuenta la historia de Peel pero sin que ello suponga una inmersión demasiado empalagosa de aguas de tristeza. Y al mismo tiempo te sumerge en aguas de humor, que te hacen reír y olvidar las penas del personaje, al menos por un momento para continuar su historia.

Y para cuando toca salir a la superficie, ya que todo tiene su fin, te deja reflexiones internas que hacen que valga la pena visionar películas de bajo presupuesto, semi desconocidas pero con tanto poder. No miré trailers y me metí de cabeza al ver a Hirsch, de ahí que me causara una buena impresión. 7/10.

PD. Recomiendo no ver los tráilers más de 30 segundos, ya que después causa cierta decepción e irritación, como me pasó con "Dos buenos tipos" donde se contó toda la historia en un tráiler de 3 minutos y pico. Esa espina sigue ahí, clavada. $:?(

Una película de drama familiar donde Emile desempeña bastante bien, con una historia poco vista por la manera de enfrentarla. Historia realista, por momentos emotiva, aunque siempre pausada y "amable" consigo misma. Aunque no ahonda demasiado en la psicología de los personajes ni tiene sorpresas importantes ni destaca demasiado en nada, se deja ver. Se parece a un clásico dramático de Robin Williams de los 80 o 90 contado en nuestra época. Tiene cierto sabor a melancolía y elementos de redención.

Por desgracia es demasiado superflua y plana en su tratamiento del drama como para darle el aprobado, aunque en un buen día se lo hubiera puesto. Aunque el personaje principal es muy interesante, le falta demasiado nervio y profundidad dramática y es incapaz de tirar del hilo para convertirse en algo memorable.