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Senderos de honor (2017)

Senderos de honor
103 min.
5,9
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Sinopsis
I Guerra Mundial, Francia. La compañía C del ejército británico, al mando del exhausto capitán Stanhope, espera con ansiedad en las trincheras de Aisne, a pocos metros de la línea enemiga, la inminente ofensiva alemana. (FILMAFFINITY)
Género
Bélico I Guerra Mundial
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
Journey's End
Duración
103 min.
Guion
Música
Fotografía
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6
Un siglo después...
Journey's End es una adaptación cinematográfica británica de la obra de RC Sherriff que contaba sus vivencias en las trincheras durante la primera guerra mundial, en 1928 se llevó como obra teatral interpretada por Laurence Olivier. También existe una adaptación cinematográfica de 1930 que fue dirigida por James Whale y protagonizada por Colin Clive.
La película se centra más en la tragedia de la guerra sobre las emociones humanas como la desesperación, el coraje o la locura por lo que la obra resulta muy teatral con muchos diálogos y poca acción. Sam Claflin interpreta al Capitán Stanhope un hombre curtido después de tres años de guerra, alcoholizado y que a perdido un poco el norte. Su apoyo moral viene por parte del Teniente Osborne (Paul Bettany) más calmado y con la cabeza en su sitio. Asa Butterfield se enrola en el pelotón del capitán por ser su amigo de la infancia pero lo encuentra totalmente cambiado.

La claustrofobia y la desesperación de estar durante mucho tiempo esperando día tras día una gran ofensiva sin refuerzos a la vista y con órdenes de no abandonar la posición bajo ningún concepto augura un triste panorama, con un desenlace militar muy poco inteligente.

Alrededor de las 4:00 a.m del 21 de marzo de 1918 diez mil dotaciones alemanas de cañones y morteros abrieron fuego simultáneamente en un bombardeo de 68.8 km de ancho. Fue llamada por los alemanes la "Batalla del Kaiser" rompiendo así el estancamiento de una guerra de trincheras que se extendían más de 700 kilómetros desde la costa del canal de la mancha hasta la neutral Suiza. Se calcula en más de 700.000 muertos de ambos bandos. Este año se cumplen 100 años de la batalla en cuestión.

Una buena película, emocionalmente compleja con muy buenas actuaciones y buena puesta en escena pero con un ritmo algo inusual en un film de estas características pudiendo llegar a aburrir. 
Destino Arrakis.com
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19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Sobre las posibilidades de ser de una cinta bélica
Vi Journey's End (RU, 2017), dirigida por Saul Dibb [1968- ], hijo del documentalista Mike Dibb, y a quien ya le reseñé una de sus cintas previas: “Suite française”, 2014. Esta película en concreto es la cuarta que dirige y la segunda con una trama bélica. El guion es mérito de Simon Reade y R.C. Sherriff y el reparto está conformado por Sam Claflin (aplausos), Asa Butterfield, Paul Bettany (meritorio) y Toby Jones, entre otros. La obra se centra en un grupo de oficiales de una compañía de infantería británica, quienes esperan en las trincheras la muy temida ofensiva de primavera alemana, en 1918, durante la Gran Guerra (como fue conocida la Primera Guerra Mundial hasta 1939). La película, desde lo estético, es correcta. Las interpretaciones son buenas, sobresaliendo la adecuada caracterización de cada uno de los personajes. Al finalizar, todos logran ser apreciados, a pesar de sus diferencias, por el espectador. Hay que agregar que la puesta en escena es pertinente, lo cual es meritorio cuando estamos ante el género bélico, donde la recreación de los escenarios de guerra siempre es tarea más que compleja. Todo lo anterior permite un producto final entretenido; una cinta “que se deja ver” sin problemas, por decirlo de alguna manera. No obstante, para los fanáticos del género bélico, la obra no logra encontrarse con su destino o, mejor dicho, se queda a medias entre sus posibilidades. Resulta que las cintas bélicas tienen tres opciones básicas: las sencillas, (lo que no significa que sean malas) que son las que se quedan en la acción y la adrenalina de la batalla; las complejas, que son las que buscan movilizar las emociones del espectador para que logre percibir la angustia, el dolor y el miedo que están más allá de la adrenalina de los soldados (por demás, varias de estas cintas suelen ser antibélicas); y, por último, las legendarias, que son las que logran armonizar en un buen producto final, ambas cosas ya descritas. En este caso, la película de Dibb no logra ubicarse en ninguna de estas opciones, aunque estaba haciendo méritos para la segunda. Esto es, que –a pesar de ciertos diálogos profundos entre los oficiales– no me transmitió los sentimientos de claustrofobia, angustia, miedo y decepción que los personajes debieron haber sentido en ese momento. Aclaro, eso sí, que “sentir” no es lo mismo que “escuchar”, dado que es continúo en los diálogos que se aluda a dichos sentimientos, pero no hay un intimismo en la narración que lo vehiculice visualmente, que los vuelva reales. Ahora, pasando a otro asunto, invito al espectador a llenar esa falencia sentimental y se ponga en los zapatos (empatía) de un grupo de hombres, hundidos en trincheras fétidas, esperando una ofensiva que ellos mismos saben les costará su vida, en un tipo de batalla donde la mayoría morirá antes de ver siquiera al enemigo, ante unos mandos indolentes, etc. Recordemos que la Primera Guerra Mundial rompió las formas tradicionales de hacer la guerra, sino también la época. Para poner un caso, la visión nacionalista y patriótica que tanto se exaltó del soldado del siglo XIX se quebró en la mentalidad del soldado de trinchera quien empezó a cuestionarse sobre la utilidad de su sacrificio. Otro ejemplo sería el fin de la forma de concebirse las diferencias sociales que se reflejan a la larga en el campo de batalla. Por todo lo anterior, es que los historiadores le suelen dar un mayor puesto, en una “historia de largo aliento”, a la Primera Guerra Mundial que a la Segunda. La Primera Guerra marcó el fin del “largo siglo XIX” y dio inicio a la era contemporánea. Entonces, si bien la película no transmite que las trincheras que atravesaron Europa marcaron un cambio radical de épocas, le corresponde al espectador no dejar pasar de alto este aspecto y así darle mayor contenido dramático a la cinta. Y todo lo anterior cobra mayor importancia justo ahora que estamos cerca de conmemorar un centenario del fin de dicho conflicto. La recomiendo como entretenimiento. En este sentido no se pierde nada con verla. 2018-07-12.
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19 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
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