Tráiler (INGLÉS)
Ver 2 más- Sinopsis
- En 1945, terminada la Segunda Guerra Mundial, Jake Geismar (George Clooney), un corresponsal de guerra norteamericano, vuelve a Berlín para informar sobre la Conferencia de Postdam, que reunirá a Truman, Churchill y Stalin. Al mismo tiempo, se ve envuelto en un turbulento asunto por intentar ayudar a Lena Brandt (Cate Blanchett), una antigua amante, cuyo marido es buscado tanto por los americanos como por los rusos. (FILMAFFINITY)
- Género
- Intriga Romance Thriller Drama Espionaje Años 40 Neo-noir
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 2006 / Estados Unidos
- Título original:
- The Good German
- Duración
- 108 min.
- Guion
- Música
Premios
El retorno de Casablanca? ... no señor!
28 de febrero de 2007
Inicié con ganas este film, con ganas de ver una genuina trama de cine negro como las de antaño, aquéllas cuyo tejido giraba entorno a un siempre genial y carismático Humphrey Bogart; esas pelis que te hipnotizaban por esa tela de juegos e intereses secretos.
Sin embargo, "El buen alemán" no logra transmitir esa sensación. Steven Soderbergh nos descubre una película que no consigue intrigar ni enganchar, más bien crea confusión y cansancio, pues no logra que el espectador se desviva por descubrir el porqué de todo, sino que éste se ve ofuscado en el saber de quién es quién y de qué está ocurriendo.
En lo referente al cartel, podemos definirlo como bueno en su continente pero malo en su contenido. Es cierto que no debemos realizar comparativas odiosas entre Bogart y Clooney, pues ya sabemos quien pierde, pero la sensación de esta película es "el quiso y no pudo".
Los actores no cuajan en ningún momento, parecen estar confusos y descolocados a lo largo del film y no transmiten con claridad sus sentimientos, provocando en el espectador más confusión de la ya existente por el propio argumento. Sin embargo, he de destacar la actuacíon de Cate Blanchett, pues logra con creces encarnar a esa mujer que es Lena, frustrada, deprimida que ha visto como su vida se le ha escapado sin saber bien el porqué, qué ha hecho mal para estar donde se encuentra.
Por otro lado, no podemos afirmar que la fotografía, planos y decorado esten en la línea de su argumento, pues quizá sea lo mejor de "El buen alemán" junto con la música de Thomas Newman.
Así, vista la película me queda una sensación de un intento fallido, una copia burda, a mi juicio, de Casablanca, siendo su resultado menos que próximo.
Sin embargo, "El buen alemán" no logra transmitir esa sensación. Steven Soderbergh nos descubre una película que no consigue intrigar ni enganchar, más bien crea confusión y cansancio, pues no logra que el espectador se desviva por descubrir el porqué de todo, sino que éste se ve ofuscado en el saber de quién es quién y de qué está ocurriendo.
En lo referente al cartel, podemos definirlo como bueno en su continente pero malo en su contenido. Es cierto que no debemos realizar comparativas odiosas entre Bogart y Clooney, pues ya sabemos quien pierde, pero la sensación de esta película es "el quiso y no pudo".
Los actores no cuajan en ningún momento, parecen estar confusos y descolocados a lo largo del film y no transmiten con claridad sus sentimientos, provocando en el espectador más confusión de la ya existente por el propio argumento. Sin embargo, he de destacar la actuacíon de Cate Blanchett, pues logra con creces encarnar a esa mujer que es Lena, frustrada, deprimida que ha visto como su vida se le ha escapado sin saber bien el porqué, qué ha hecho mal para estar donde se encuentra.
Por otro lado, no podemos afirmar que la fotografía, planos y decorado esten en la línea de su argumento, pues quizá sea lo mejor de "El buen alemán" junto con la música de Thomas Newman.
Así, vista la película me queda una sensación de un intento fallido, una copia burda, a mi juicio, de Casablanca, siendo su resultado menos que próximo.
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65 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca debiste volver a Berlín
2 de marzo de 2007
Se entiende por clonar la acción de producir clones y un clon como un conjunto de fragmentos idénticos obtenidos desde una misma ‘secuencia’ original. También un clon puede ser un payaso (del inglés clown). Y al mismo tiempo el inicio de esta crítica puede ser un ‘clon’ de otras críticas ‘originales’ de Gilbert.
En “El buen alemán” Soderbergh ejerce de clonador del cine clásico a modo de experimento: de Rossellini a “Casablanca”, de “Berlín Exprés” a “El tercer hombre”. Buscar conexiones con las ‘células” originales puede resultar interesante pero la pregunta metafísica y no biológica es si un clon tiene alma o carece de la misma.
“El buen alemán” tiene forma de clásico pero en el fondo es una simple carcasa hueca. ¿Qué hacían Rossellini, Curtiz, Tourneur o Welles entre otros para sobrecoger al espectador? ¿Para conseguir ese instante que traspasaba la pantalla?
Descubrirlo debería ser el verdadero experimento y Soderbergh, al que la da lo mismo que le piten en el Festival de Berlín y la crítica se cepille su última obra, ha conseguido unas secuencias bellas de gran poder pero de escasa atracción. Sin alma y sin aquello con lo que deslumbraban y siguen fascinando esos ‘clásicos’ ya sean sobrevalorados o no.
Aunque tal vez ese era el estudio cinematográfico del director de “Sexo, mentiras y cintas de video”. Descubrir nuevamente, como ya hizo Gus Van Sant con “Psycho”, que no conviene exhumar cadáveres que permanecen muy bien enterrados y en eterno estado de gracia.
En “El buen alemán” Soderbergh ejerce de clonador del cine clásico a modo de experimento: de Rossellini a “Casablanca”, de “Berlín Exprés” a “El tercer hombre”. Buscar conexiones con las ‘células” originales puede resultar interesante pero la pregunta metafísica y no biológica es si un clon tiene alma o carece de la misma.
“El buen alemán” tiene forma de clásico pero en el fondo es una simple carcasa hueca. ¿Qué hacían Rossellini, Curtiz, Tourneur o Welles entre otros para sobrecoger al espectador? ¿Para conseguir ese instante que traspasaba la pantalla?
Descubrirlo debería ser el verdadero experimento y Soderbergh, al que la da lo mismo que le piten en el Festival de Berlín y la crítica se cepille su última obra, ha conseguido unas secuencias bellas de gran poder pero de escasa atracción. Sin alma y sin aquello con lo que deslumbraban y siguen fascinando esos ‘clásicos’ ya sean sobrevalorados o no.
Aunque tal vez ese era el estudio cinematográfico del director de “Sexo, mentiras y cintas de video”. Descubrir nuevamente, como ya hizo Gus Van Sant con “Psycho”, que no conviene exhumar cadáveres que permanecen muy bien enterrados y en eterno estado de gracia.
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