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Frente al mar (2015)

Frente al mar
132 min.
4,4
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Sinopsis
Francia, mediados de los años 70. Vanessa, una ex-bailarina y su marido Roland, escritor, recorren el país mientras se distancian paulatinamente el uno del otro, hasta que llegan a un pueblecito junto al mar y establecen relación con algunos de sus habitantes. (FILMAFFINITY)

Género
Drama Romance Años 70
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
By the Sea
Duración
132 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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4
Porno, desamor y botellas de vino
¿Qué pasa cuando una pareja ya no tiene nada qué decirse? O más bien ¿Qué pasa cuando una pareja ya no quiere decirse nada? Según la directora y guionista Angelina Jolie, lo único que les queda es vivir a través de otra pareja, una que aún funciona. Así, los personajes de Jolie y Pitt, una ex-bailarina y un escritor sumidos en una crisis matrimonial en la Costa Azul de los años 70, se dedican a observar a través de un agujero en la pared de la habitación de su hotel a la pareja gala que conforman Mélanie Laurent y Melvil Poupaud. Cuando se acabe la pasión, siempre nos quedará el porno y hoy en día, con internet y apps, más aún. Mientras observan a sus vecinos hacer el amor, se emborrachan. Y cuanto más ven y más beben menos recuerdan sus miserias, su propia nadería existencial.

El audiovisual americano ha reflexionado largo y tendido sobre la destrucción de una pareja. Desde films clásicos como Cat on a Hot Tin Roof (Brooks, 1958) a obras de la última década como Blue Valentine (Cianfrance, 2010). El año pasado, David Fincher estrenó Gone Girl y actualmente está en emisión en la televisión americana The Affair. By the sea no viene a aportar nada nuevo. Ni siquiera nada propio. No hay personalidad alguna en ella. Es un lujoso paquete que no contiene nada en su interior. El guion va tan a la deriva como sus propios personajes. Paolo Sorrentino nos demostró en La grande bellezza que se puede hablar de la banalidad construyendo una obra rotundamente profunda. Pero no hay profundidad en el mar narrativo de Jolie. Su cámara no logra jamás traspasar la piel de sus personajes. No logra que el espectador pueda entender sus sentimientos y emociones. De hecho no logra, ni siquiera, trasmitirlos. El resultado es una película fría, que parece un anuncio de Chanel más que un retrato de las pasiones humanas y de la frustración que se acumula con el paso del tiempo en una pareja. Estamos ante una película fallida, otra más, de una cineasta que no sabe quién es y qué quiere contarnos.
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24 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Una habitación con vistas
Angelina Jolie le ha cogido el gusto a escribir y dirigir. Desde su debut en 2011 con En tierra de sangre y miel ya ha rodado tres películas, y a eso hay que sumarle sus dos próximos proyectos que se estrenarán en principio a finales de este año y en 2017. A diferencia de la estela de otros actores que han tenido la oportunidad detrás de las cámaras y en el guión, Jolie aun no ha tenido la suerte de haber sido reconocida por su trabajo. El año pasado, con Invencible, se habló de su posible candidatura a los premios, pero lamentablemente tendrá que seguir esperando. Lo que no hay duda es que año a año se confirma como un nombre a seguir, pues con cada trabajo, sigue creciendo. Precisamente en Invencible ya mostró una gran madurez situando la cámara, con elegancia y dándole su identidad a un trabajo puramente academicista Una pena que el guión firmado por los hermanos Coen no le acompañara. Frente al mar sigue situándose en una época lejana pero este supone su trabajo a priori menos ambicioso, aunque más intimista. Tras relatar dos hechos crueles -Segunda Guerra Mundial y Guerra de Bosnia-, ahora se centra en el amor y sus problemas.

Vanessa y Roland llevan 14 años casados. Donde tendría que haber cariño, hay frialdad; y donde tendría que haber susurros, hay silencios. Juntos se van a pasar el verano a la costa francesa. Allí, frente al mar, Roland espera recuperar la creatividad que ha perdido para escribir su nuevo libro. La página en blanco no es la única que le tormenta, puesto que con su mujer vive una situación tensa. ¿Qué es lo que ha pasado para llegar a vivir de esta manera? No lo sabemos. Roland tampoco ayuda con sus escapadas al bar para tirarse todo el día bebiendo mientras que Vanessa contempla desde su balcón el pueblo. Tan cerca, tan lejos. La llegada a la habitación de al lado de una pareja que se acaba de casar les llama la atención. Y esa envidia que va creciendo primero en ella y después en él se transforma en un espionaje a través del agujero de una pared. ¿Será esta obsesión la que reavive el amor que se esfumó mucho tiempo atrás?

Dicen que el francés es el idioma universal del amor. No sabemos si será por su acento, por el carácter de sus habitantes o por la belleza de su paisaje, pero lo que es cierto es que Angelina Jolie ha decidido que sus dos protagonistas (Brad Pitt y ella) hablen en la lengua de Molière. Y no resulta cuanto menos anecdótico que haya utilizado dicha lengua con el fin de plasmar los problemas sentimentales. Es decir, todo lo contrario a lo que representa. Quizá haya sido por el carácter rebelde de Jolie y las ganas de tocar las narices a los franceses o, simplemente, porque quiere alejarse de las producciones americanas que se han hecho sobre estos temas; porque de destrucciones de pareja, Hollywood sabe un rato. Desde el cine mudo con Amanecer hasta Un tranvía llamado deseo o La gata sobre el tejado de Zinc. La californiana no ha parado de incidir en todas las entrevistas que su película es muy “europea”. Y es que su película es todo lo contrario a los filmes de Richard Brooks o Elia Kazan. Donde en las dos primeras encontramos a Marlon Brando y a Paul Newman al borde del asesinato, y a Kim Hunter y, sobre todo, a una Elizabeth Taylor cerca de la locura, en Frente al mar, tanto Brad Pitt como Angelina Jolie prefieren guardarse sus rencores en el interior y combatir con ellos de manera silenciosa. Y es por eso que Jolie dice que su película se acerca más a las europeas y, más concretamente, a Michelangelo Antonioni y a su fantástica trilogía de la incomunicación.

La pareja se asemeja mucho a la que conformaban Marcello Mastroianni y Jeanne Moreau en La noche. Antonioni exploraba el desinterés, el cansancio y la utopía del amor perfecto. La incapacidad de comunicación que terminaba surgiendo entre las dos personas y que provocaba distanciamiento. El director italiano no echaba mano de las palabras para contar este desengaño. Le bastaba con el juego de miradas, las metáforas y las sugerencias que te dejaba en cada plano. Y Jolie, precisamente, en todos esos pequeños detalles es en los que se ha fijado para armar su obra. Porque todo lo que vamos conociendo lo hacemos gracias a esos regalos que nos da. Con un plano corto de las gafas de Vanesa colocadas en una mesa, nos insinúa el desinterés de ella por todo; con la sonrisa de una niña pequeña, la tristeza que le invade; con un plano-contraplano de varias mujeres tomando el sol mientras hacen topless, a la vez que Vanessa está también tumbada en una hamaca pero vestida hasta el cuello, el poco amor propio que se tiene. No solo se asemeja a La noche, también guarda ciertos parecidos con La aventura. Recordemos que en aquella película, la primera parte del metraje tenía lugar entre los barrancos de las islas sicilianas y con personajes desorientados y sin un rumbo fijo. En Frente al mar, Jolie parece situarse en la misma tesitura que tenía Lea Massari -por algunos momentos tememos lo peor-, pero con diferente resultado.

------ Sigue en "Spoiler" sin spoilers -------
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18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
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