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Los malos (1955)

Los malos
96 min.
6,7
844
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Lew Wilkinson es un ganadero que poco a poco ha conseguido apoderarse de todo el valle, contando con el apoyo de su mujer Marta y de su hermano Cole. El único que se opone a sus ambiciones es el joven ganadero John Parrish. Pero Judith, la hija de Wilkinson, se enamora de Parrish y busca su ayuda cuando decide escaparse de casa. (FILMAFFINITY)
Género
Western
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Violent Men
Duración
96 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones de Donald Hamilton
Links
"Atractiva producción (...) conseguidas y espectaculares escenas de acción. Una historia con mucha fuerza."
[Diario El País]
7
Acción y drama en Smoky Valley
Film de Columbia, realizado por Rudolph Maté. Se basa en la novela "Smoky Valley" (1954), de Donald Hamilton. Se rodó en exteriores de Alabama Hills y Columbia/WB Ranch (CA), en Old Tucson (Arizona) y en los Columbia Studios. El productor fue Lewis J. Rachmil y el estreno tuvo lugar el 26-I-1955 (EEUU).

La acción se desarrolla en Smoky Valley, en la frontera oeste, en torno a 1869/70. Narra la historia de John Parrish (Glenn Ford), antiguo capitán de caballería de la Unión, que se refugió en un pequeño rancho del lugar para sanar unas heridas de guerra que le habían perforado el pulmón. Es hábil en el manejo de las armas, conoce las tácticas de la guerra, es lúcido y precavido, huye de los conflictos, evita las peleas y desea regresar, cuanto antes, al Este (Nuevo Méjico). La paliza brutal y sádica y el posterior asesinato a sangre fría de uno de sus hombres, le impulsan a liderar un movimiento colectivo de autodefensa contra el villano Lew, parapléjico y malvado, que le convierte, contra voluntad, en héroe. Martha (Barbara Stanwyck), esposa de Lew, juega un papel de dos caras y es codiciosa, infiel y manipuladora.

La película combina dos lineas argumentales paralelas: un relato de aventuras y acción y una historia de infidelidades y traiciones familiares. La tensión dramática se reparte entre el enfrentamiento de Lew Wilkison (Edward G. Robinson) con los pequeños granjeros del valle, con métodos criminales, y las luchas internas de la familia. La acción mantiene un ritmo elevado y vigoroso, con intervención de numerosos personajes y una larga sucesión de lances diversos: asesinatos por la espalda, desafíos a la autoridad, presión psicológica sobre el adversario, amenazas y crímenes, personajes perversos y egoistas, traiciones y venganzas. Contiene una dosis de violencia mayor que la habitual en las obras del momento. Enfrenta a 3 villanos diablólicos con un personaje honesto, pacífico, portador de heridas incurables de la Guerra Civil (1861-65) y solitario. Son escenas memorables la estampida de caballos, la trampa tendida a los sicarios de Lew, el duelo a muerte ante Martha, el incendio del rancho y otras.

La música, de Steiner, se integra en la acción con melodías trágicas, de lucha y tensión, lúdicas y románticas. Destacan el tema inicial y el de cierre. La fotografía ofrece planos y encuadres muy cuidados, de luz atenuada y excelente dibujo. Las escenas nocturnas, rodadas con la técnica de la "noche americana" no se distinguen con rotundidad de las diurnas. Los paisajes de Sierra Nevada son magníficos. El guión construye un relato intenso, ágil y breve. La interpretación de Ford es correcta y resulta delicioso el reencuentro, tras "Perdición" (1944), de Robinson y Stanwyck. La dirección aporta ritmo, fuerza y espectacularidad.

Western de aventuras, dramático y no épico.
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33 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El extraño amor de Martha Wilkinson
Aunque no conozco excesivamente la filmografía de Maté como realizador, creo poder afirmar que esta es una de sus mejores películas, cercana en calidad a "Union Station", un atractivo filme policiaco semidocumental que a mi siempre me ha parecido mejor que su más conocida "D.O.A.".

Este western destaca por su inteligente guión, que desarrolla una trama clásica -el enfrentamiento entre un gran ranchero despótico y otro que representa los intereses de los pequeños granjeros-, pero a la que añade numerosas lecturas paralelas, todas ellas interesantes. El conflicto de fondo ya referido, que es un argumento típico del género, resulta enriquecido por el tratamiento de los personajes principales, todos ellos complejos y ambiguos, lo que sin duda los hace sumamente atractivos. Así, encontramos en primer lugar al poderoso ranchero, Wilkinson, empeñado en hacerse dueño de todo el valle, aunque ello suponga recurrir a la intimidación y la violencia; sin embargo, más allá de su ambición evidente, su condición de tullido pesa enormemente en él, condicionando sus acciones, con las que pretende hacerse valer ante su esposa, a la que me referiré en tercer lugar. El "héroe", personaje aparentemente contrario del anterior, es John Parrish, antiguo militar que tras los horrores vividos en la guerra ha optado por vivir en paz, rehuyendo todo conato de violencia; sin embargo, como también suele ocurrir en innumerables westerns, los acontecimientos le empujan a recurrir a ella, y pronto se revelará como un hombre frío y calculador en la estrategia, e incluso a la hora de matar. Por último, el personaje más atractivo de la cinta es Martha Wilkinson, la esposa del gran ranchero; como bien se ha apuntado en algún comentario precedente, viene a ser la clásica mujer fatal del género negro trasplantada al oeste. Como tal, manipula a los hombres con el único objetivo de colmar su ambición, aprovechando el poder que ejerce sobre ellos; tanto Lew (su marido) como Cole actúan como lo hacen por devoción a ella, y es su díscola hija la única que se percata de ello.

Rodada con eficacia y un ritmo que nunca decae, puede distinguirse una primera parte que sirve para plantear el conflicto y presentar a los personajes, y una segunda más caracterizada por la acción. De la primera yo destacaría las secuencias en las que se aprecian las maniobras de la señora Wilkinson, y muy especialmente una en la que ante la presencia de su hija, hace explícito mediante un gesto aparentemente cariñoso el dominio que ejerce sobre el tullido Lew (ese leve abrazo mientras clava su mirada en su hija está logradísimo; es toda una manifestación de poder y desafío). De la segunda parte cabe decir que al ser la que acapara las secuencias de acción, en buena lógica cobra en ellas más importancia el paisaje, que hasta entonces sólo había servido de marco (con unas perennes y bellas montañas nevadas al fondo de los planos en exteriores); casi todas estas secuencias están rodadas haciendo uso del clásico efecto noche, muy habitual en el western, que aporta mayor dramatismo lumínico a un paisaje caracterizado por los enormes canchales y los desfiladeros, propicios a la emboscada. También resultan muy espectaculares los planos generales de la estampida.

Sumemos a todo ello la adecuada música y la excelente labor de los intérpretes, desde los correctos secundarios a los excelentes protagonistas, verdaderas estrellas, que elevan el nivel del filme. Aunque los tres están muy bien (tanto Ford como Robinson clavan sus personajes, aportándoles matices y ambigüedades relevantes), mi debilidad por Barbara Stanwyck se impone irremediablemente, del mismo modo que lo hace su personaje sobre los Wilkinson.
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22 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
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