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Asesinato en Beverly Hills (1988)

Asesinato en Beverly Hills
107 min.
4,9
913
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Sinopsis
En 1929, aprovechando el nacimiento del cine sonoro, el actor Tom Mix se dispone a rodar un western sobre las hazañas del legendario Wyatt Earp. (FILMAFFINITY)
Género
Intriga Thriller Western Comedia Crimen Cine dentro del cine Años 20
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Sunset
Duración
107 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1988: Nominada al Oscar: Mejor vestuario
1988: Premios Razzie: Peor director. Nominada a peor actriz sec. (Mariel Hemingway)
1988: Premios Razzie: Peor dirección. 2 nominaciones
6
Divertida sátira del Hollywood de los años 20
Asesinato en Beverly Hills nunca será recordada como una película clave en la filmografía de Blake Edwards, sin embargo, aunque no ha llegado a la altura de sus grandes obras (Desayuno con diamantes, El guateque, La pantera rosa...), es un filme divertidísimo, en el que podremos ver a Bruce Willis todavía con pelo (se estrenó el mismo año que Jungla de Cristal) funcionando perfectamente a lo buddy movie con James Garner.

Es una película muy entretenida, una de esas pequeñas joyas que uno descubre pasado el tiempo, con la que puede disfrutar de una buena tarde.

El resto de la crítica, aquí:

http://www.suite101.net/content/critica-de-asesinato-en-beverly-hills-con-bruce-willis-a50104
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8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Érase una vez al Oeste de Hollywood...
Va a sumergirnos en los enmarañados entresijos del auténtico Hollywood el bueno de Blake Edwards, quien pareció salir del bache en el que se había metido a mediados de los '80 gracias a "Cita a Ciegas".
No sólo éxito total de público en su momento aunque vapuleado sin piedad por la crítica (menuda sorpresa), sino considerada por un servidor (y por muchos otros) una de las mejores comedias de la década.

Fue además el trampolín de Bruce Willis hacia la industria del cine tras cosechar fama y prestigio en la televisión; aún no había llegado su salto definitivo como héroe de acción y lo que más aprovechaba era su talento y desparpajo únicos para el humor, de ahí su buena relación con el veterano director, quien le volvería a fichar para encarnar nada menos que al mítico Thomas Mix, una de las primeras estrellas del cine del Oeste que lo definiría junto a William Hart en la época del mudo. Pero la pretensión de Edwards es meterse una vez más bajo los resquicios, un tanto mugrientos, del universo cinematográfico, esta vez a partir de un relato nunca publicado del guionista, productor y director Rodney Amateau.
Sin duda todo un gran homenaje al Hollywood clásico, el cual se propone a través de su más antiguo y sagrado género: el "western"; el director sabe rendirle tributo (él mismo hizo "Dos Hombres contra El Oeste" diecisiete años atrás) durante los primeros minutos de la trama. Pareciera realmente que estamos viendo una aventura de forajidos y cowboys hasta que un "¡Corten!" nos saca del sueño y nos devuelve a la realidad; esto es indicativo de que absolutamente todo en esta historia será parte de la mentira y la apariencia, iniciada con una excusa argumental: la nueva película que el productor Alfie Alperin quiere que haga Mix encarnando al legendario Wyatt Earp.

Edwards aprovecha los hechos reales y los mezcla en una ficción alternativa visualmente deslumbrante y sofisticada de la época: en realidad Mix jamás dio vida al marshal, pero sí mantuvo con él una gran amistad en los años que éste último residió en Los Angeles como asesor en películas. Pero todo lo referente al negocio y la industria, pese a estar bien retratado, se mira de soslayo y se construye una trama que envuelve a los protagonistas alejada de todo eso, donde hallamos asesinato, chantaje, violencia y prostitución en la mejor tradición de las novelas negras de Chandler o Hammett.
De hecho el modo de abordar los resortes de la intriga, la sucesión de pistas, elementos misteriosos y el rol que desempeña la pareja de héroes parece remitir a las aventuras del matrimonio Nick y Nora Charles, creado por éste último. Y como para remover sus viejas rencillas con la industria, Edwards destapa un negro abismo de corrupción y crimen entre el glamour barato y el prestigio de las estrellas y los magnates: la dueña de un club aparece asesinada brutalmente y el único que está en la escena es el problemático hijo del jefe del estudio Alperin, Michael; y Earp, antiguo amante de su madre Christina, se siente en el deber de resolver el caso.

Sin duda el planteamiento de una fábula así es más interesante que la forma en que el director lo desarrolla, imprimiendo un tono ligero, típico de sus obras cómicas, y a veces irrumpido por instantes mucho más oscuros y truculentos. Pero el genial James Garner parece deber más a su personaje de "Los Casos de Rockford" que al Earp al que dio vida de manera más creíble en "La Hora de las Pistolas", si bien lo referente a Mix y Earp puede tratarse de un homenaje histórico, pues éste último llegó a ejercer de agente "fuera de la ley" en la ciudad junto al ya retirado detective Arthur M. King. Curioso como mientras avanza la investigación, con sus dosis de humor negro, atravesamos zonas realmente escabrosos donde hay policías corruptos, mujeres maltratadas, gángsters de poca monta, romances trágicos y personajes sucios, míseros o atrapados.
Todos como engranajes de un submundo viciado por el cinismo y la perversidad, acercándose Edwards en eso a su mentor Wilder o a otros "noir" clásicos, pero en última instancia éste apuesta por rendir homenaje a la gran aventura y el "western" (gran secuencia la del tiroteo en el rancho) y suavizar de cuando en cuando las atmósferas. No obstante lo que finalmente disparó los nervios de los críticos fue soportar a un Malcolm McDowell de monstruo sádico disfrazado de gran empresario y otrora humorista que, curiosamente, recuerda peligrosamente a Chaplin; éste es el gran ejemplo de la imagen torcida y la grotesca caricatura de Hollywood realizada por Edwards.

Esa cara oculta que tantos misterios y horribles secretos esconde fervientemente. Por su parte Willis, cual estrella incipiente, se desata elegantemente como Mix (aunque McDowell guarda más parecido con el cowboy), y eso nada gustó a Garner, quien se juró no volver a colaborar nunca con él, encabezando un reparto con dignos secundarios como Patricia Hodge, el gran M. Emmet Walsh y Andreas Katsulas. Quizás el ambiente un tanto caótico en el rodaje afectó al modo de enfocar la complejidad del guión, los motivos y sentimientos de los personajes y la mezcla de estilos, que no halla un punto de equilibrio convincente, sin mencionar las subtramas que quedan sin explicación, lo flojo del tramo final y la poco satisfactoria resolución.
"Sunset" acabó en un sonoro fracaso de taquilla y hoy casi está enterrada en el olvido; en manos de otro el resultado hubiese sido muy distinto...pero pese a los errores, Edwards logra un digno entretenimiento, extraño y colorido, mientras nos deleita con la visión de ese pintoresco Hollywood dorado ya extinguido repleto de excitantes intrigas y héroes de otra pasta (la recreación de la primera gala de los Oscars, a la que jamás fue Earp pues ya había fallecido, es uno de esos momentos a recordar)...y seguro que muchos no han apreciado su influencia en la archiconocida "L.A. Confidential" de Ellroy...

...sobre todo en lo del tema de maquillar a prostitutas como estrellas de cine.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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