Huyendo del pasado (2010)

No he seguido la carrera de Ray Liotta pero me consta que últimamente está participando en bastantes proyectos de similares características a "Huyendo del pasado", producto de evidente serie B que, sin embargo, no por ello implica nada negativo, al menos en este cinta.

La película es ciertamente entretenida. El guión deja, eso sí, bastante que desear debido a una serie de situaciones inverosímiles y ciertamente absurdas por momentos, pero gracias a su ritmo tan ágil y dinámico la película acaba saliendo a flote y consigue su principal objetivo: entretener.

El reparto cuenta con caras conocidas como las del ya mencionado Ray Liotta, Billy Burke o Joel David Moore ("Más allá de la duda") que cumplen con su cometido.

LO MEJOR: El ritmo de la película.

LO PEOR: Falta de recursos técnicos... y argumentales.

Buceando entre la escuálida filmografía de Alexandra Breckenridge me encontré con esta "Huyendo del pasado", un evidente producto de serie B, que pese a sus carencias argumentales consigue entretenerte con una historia de lo más inquietante y la hipnotizante presencia de la Breckenridge. En esta ocasión interpreta a Jocelyn, una tierna mamá "desquiciada y frágil" según Jim (Ray Liotta), que tiene que huir con sus dos hijos para alejarlos de su violento y maltratador ex-marido. Y aunque parezca una aberración, ella se convierte automáticamente en una especie de delincuente acusada de secuestrar a los niños ya que su padre goza de esa cosa tan fuera de lugar como la custodia compartida. Como se ve el argumento es muy fuerte e inmediatamente me hizo pensar en la valenciana María José Carrascosa, condenada a 14 años de prisión en el 2006 por algo parecido, y que aún sigue entre rejas. Una barbaridad como la copa de un pino que nos demuestra el sinsentido al que nos lleva el dogma de que las leyes están por encima de todo y de todos.

Claro que para barbaridad, la propia Alexandra Breckenrige, única razón por la que he visto esta “Huyendo del pasado”. Aquí no sólo está bellísima, sino que encarna a una Jocelyn a la que estoy convencido que Doug Lodato quiere presentar de la forma más atractiva posible. Por eso, inteligentemente escogió a Alexandra y encima la hace ser típicamente femenina, o sea, bondadosa, cariñosa, dulce, ingenua, delicada, maternal, un poco pava y un poco tonta. Es decir, adorable, encima con las caritas de pena que me pone en esta cinta. De esta forma su personaje es completamente irresistible, tanto que a Ray Liotta se ve que tuvieron que ponerle una venda en los ojos para no verla porque no daba pie con bola delante de ella. Lo comprendo por que yo mismo, desde la tranquilidad de mi casa, estaba nerviosillo y medio tonto contemplándola en la pantalla. Si hasta la ponen religiosa, invitando a sus acompañantes a bendecir la mesa (¿no es hasta erótico la religiosidad en una chica?). Admito que esta modosita imagen, que por su propia fisonomía, le cae como anillo al dedo, me es más atrayente aún si cabe que la de la morbosa criada Moira en "American Horror Story". Y es que Alexandra tiene un aspecto tan angelical que me atrevería a decir que daría el perfil perfecto para interpretar a la Virgen María, sugerencia a los directores.

Sin embargo, me da la impresión de soy uno de los pocos que aprecio las cualidades de esta chica de Connecticut. Su propia trayectoria profesional y personal es todo un ejemplo de que el mundo no va como debiera ir, que va por un lado y yo voy por el otro. Yo la verdad es que no entiendo que no se haya convertido en una diva del séptimo arte, ni que no le ofrezcan los mejores papeles disponibles, ni que no sea portada de revistas, ni que no se la rifen en la publicidad. Lo mismo, me parece inconcebible que con 30 añitos que tiene no esté casada ya y con varios nenes. La verdad es que siento un poco de vergüenza ajena por mi propio sexo. ¿Cómo puede ser que la gente de dinero, posición, alcurnia, status, fama o lo que sea que les permita codearse con ella no le estén asediando sentimentalmente? ¿Cómo no le llueven pretendientes y propuestas matrimoniales? Vamos que si yo tuviera oportunidad, si por ejemplo fuera director de cine, primero, haría todo lo posible para que se casara conmigo y segundo, intentaría colocarla en todas mis películas. Sin embargo, así es la vida, por ahí anda con dos o tres películas de serie B o en series de televisión, casi siempre en papeles secundarios, prácticamente desconocida, sola y sin compromiso a la vista, que yo sepa.

Esta tremenda injusticia en el Antiguo Régimen no pasaría.