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Angel in Exile (1948)

Angel in Exile
86 min.
7,3
41
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Sinopsis
Un ex convicto quiere hacer fortuna en Arizona por su cuenta, pero ve su viaje interrumpido cuando los residentes de un pequeño pueblo mexicano creen que es una figura religiosa sagrada.
Género
Drama Romance Western Años 30
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Angel in Exile
Duración
86 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
9
Un ángel, un milagro y buen cine
Allan Dawn no suele decepcionar. Es un director en extremo prolífico, que ha tocado una gran variedad de temas y posee algunos títulos que me parecen desde interesantes hasta excelentes (Ligeramente Escarlata, el Jugador, Frontier Marshall, Most Danegrous Man Alive, y en su etapa muda, otras tantas).
Lo cierto es que me llamaron la atención dos cosas aquí: lo primero, la nota media tan alta que tenía un film para mí tan poco conocido, y lo segundo, que no tuviera ni una sola reseña. A tratar de enmendar esto último me dispongo, y a explicar lo primero también, siempre bajo mi humilde punto de vista.
Estamos ante una película que yo calificaría de cine negro/thriller, aunque se desarrolle en un emplazamiento atípico (unas minas en México, en el Pueblo San Gabriel) y aunque posea diversos elementos que supongo aquí han tenido por bien incluida en el "western"; por mi parte, no lo comparto, hay coches, hay ciudades actuales, y para mí el western precisa un emplazamiento histórico.
La historia es algo que ya hemos visto otras veces: la redención de un delincuente. El film goza de un excelente pulso narrativo, y sale airoso de los diferentes emplazamiento donde se desarrolla. La mayor originalidad viene por el tono pretendidamente sobrenatural que puede tener nuestro protagonista, bajo la mirada supersticiosa del pobre y humilde pueblo mexicano. El amor incondicional de una deliciosa Adele Mara, el acogedor y noble ambiente del pueblo, harán que un estupendo John Carrol vaya planteándose su visión de la vida. No quiero contar mucho, pues aunque algo predecible, la sorpresa de cómo transcurre todo está muy lograda. Como siempre en el buen cine, los personajes están muy bien construidos, la relación entre los protagonistas vuelve a tratar del amor en su forma más plena y pura. No podemos dejar de pensar en una Doña Inés y un Don Juan Tenorio, aunque aquí la redención no sólo viene por un amor puro e inocente, sino también por la situación del pueblo. Hay cierto elemento que juega con lo sobrenatural, tan leve que siempre nos parece pura superstición, pero que deja un juego de equívoco muy logrado que mantiene una tensión, además de la que ya tiene la propia trama. La resolución final y su desarrollo es excelente, aunque la conclusión final a más de uno puede dejarnos algo insatisfechos. Toda la película posee un temple preciso, determinado, que nunca saca de la historia, como si todo formase parte de un mismo sueño, donde no hay lugar para banalidades, donde el realismo no está pero la realidad es asombrosamente fuerte. Todo buen cine, creo, no imita a la realidad, sino que crea una propia realidad con toda su fuerza: aquí veremos como el idílico pueblo, los momentos románticos que transmiten ternura y encanto, las actuaciones y el tratamiento preciso y medido de los personajes, todo ello nos arrastra y nos transporta a ese pequeño mundo lejano pero a la vez que se nos hace tan cercano, cálido y totalmente humano.
La parte de puro cine negro, gánsters incluidos, es muy buena, con alguna pelea realmente dura, y escenas de alto interés e intriga muy bien llevadas: traiciones, persecuciones, doble juego de algunos personajes, y un tiroteo final excelente (este sí, digno del western). Veo ciertas similitudes con High Serra, y algo con El Tesoro de Tierra Madre, aunque este film tiene suficiente entereza por sí mismo. y en cierto modo, también podremos ver algo de Frank Capra. Es cierto que no es perfecto, que algunas situaciones pueden ser algo forzadas, y que sus medios son humildes, sin pretensiones; pero realmente en su forma global el film deja un sabor muy satisfactorio, uniendo varios temas con habilidad, y saliendo muy bien parado como un film muy entretenido y como semblanza de la superación humana, la fe y la redención. Destacar también a un Thomas Gómez que hace de médico, en un papel excelente, de las pocas veces que le he visto en carácter afable y bondadoso. Hay algo de mágico, de ilusión, de algo positivo que tenía el mejor cine de estos años, y eso lo tiene esta película no muy conocida, pero que recomiendo encarecidamente a los espectadores y aficionados al buen cine.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El efecto Pigmalión
El tesoro de Sierra Madre.
Es imposible no remitirse a ese film al contemplar esta película, que Dwan procura personalizar añadiéndole cierto toque original al bañarlo de una especie de corriente alegórica, mística y redentora confiriéndole así cierta ambición como film de serie B, elevándola de ese modo un poco por encima de las de su categoría a pesar de que en otros aspectos resulte un tanto irregular. Ese giro redentor que contiene la película y que, contrariamente a lo que ocurre en muchos otros films, no está causado por el amor de la dama, hace que la cinta aumente en su interés alejándose un poco de las convenciones del género al uso, al otorgarle cierto ángulo introspectivo que a mí me ha resultado muy interesante y bienvenido.

En los títulos de crédito ya nos ponen sobre aviso acerca de lo que su autor en realidad quiere contar:
-"Esta es la historia de un milagro. A los que no creen en los milagros, no podemos ofrecerle ninguna explicación. Sólo podemos señalar que al hombre al que le ocurrió esto...,tampoco creía en los milagros...

La película comienza de manera tradicional. Un grupo de cuatro ladrones, entre los que se encuentra el protagonista (John Carroll), un botín de oro oculto cuyo escondrijo solo conoce uno de ellos y cierto desacuerdo entre los socios acerca de su reparto, hará que la apropiación del botín comience ya bajo la presión de las amenazas de unos hacia otros.
Una idea muy inteligente y astuta acerca de cómo poder blanquear el oro sin que el gobierno sospeche que es robado, dará como resultado el añadido de otro comensal al grupo. Un personaje fascinante (Howard Chamberlain), el aborrecible y mezquino funcionario será el que les de la idea. Deberán fingir que explotan la mina agotada bajo la que ocultan el oro haciendo creer a todos que ha sido de ahí extraído para que puedan vendérselo al gobierno.
Dicho y hecho. Comprarán la mina y contratarán personal del pequeño y humilde pueblo situado junto a ella, San Gabriel, un pequeño poblacho de inmigrantes mexicanos, pobre y humilde, antiguos trabajadores de la mina abandonada y dedicados ahora al pastoreo.
Un pueblo profundamente religioso que considerará un milagro que esos hombres hayan encontrado oro allí con lo que interpretarán que "La dama azul", una especie de personificación de la Virgen, ha hecho acto de presencia y ha bendecido a Carroll.
Este continúa con su doble juego engañando a los lugareños y sin fiarse tampoco de sus socios forzosos que se la tienen jurada, hasta que un acontecimiento de lugar en el pueblo que requiera de su ayuda.
Un film muy interesante en su argumento, que nos habla en principio de los males que acarrean la codicia y el engaño, adquiere otro significado al ponerse a reflexionar sobre el poder sanador de la fe en las personas, no sólo en su vertiente física, que también, sino, sobre todo, esa fe que los demás pueden tener en uno mismo, logrando así la transformación y elevación de la persona, simplemente, porque alguien cree en ella.

Me ha gustado mucho más la intervención de los personajes secundarios que los de la pareja protagonista.
Thomas Gómez está excelente como médico local, Alfonso Bedoya roba escenas con todo su carisma, Paul Fix, Art Smith Barton MacLane, correctísimos como compinches, y el magnífico papel que se le reserva a Howard Chamberlain...
Pero John Carroll no me convence en este film. Su limitado registro le hace imposible ejecutar con convicción un papel que requeriría de muchos más matices de desarrollo para resultar convincente. Su personaje se transforma mucho y pasa por muchas situaciones diferentes pero yo siempre le veo un careto parecido.
Adele Mara, por su parte, le toca lidiar con un personaje que no está bien dibujado. Debería ser el pegamento suave, dulce, sereno e inteligente en este film pero la han retratado como totalmente inocente, casi, casi, ignorante. Las escenas de amor entre ellos no me gustan nada.

Pero, al fin, creo que sí es una cinta que merece la pena verse, más por la trama criminal que por la mística. A esta última, le falta un toque lírico dramático que consiga conmover al espectador y no me parece que lo logra.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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