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Hijos del odio (2020)

Hijos del odio
105 min.
5,7
478
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7
Black Lives Matter... and Mattered
En estos momentos en los que la tensión racial en Estados Unidos (y en el resto del mundo) está en un punto álgido, películas como Hijos del sur nos recuerdan que no hemos avanzado nada. O apenas nada.
Tremenda fue la década de los 60. Y más si eras negro. Y similar si, como Bob Zellner, eras un blanco comprometido con los derechos civiles y contrario a los movimientos supremacistas blancos como el KKK, al que además lo unían vínculos familiares. Hijos del sur nos cuenta su historia con impactante pasión y compromiso, de forma emotiva y entretenida, pese a que es quizás 10 minutos algo larga, y pese a que Lucs Till no es un actor demasiado solvente. Apenas cambia la cara y el empaque de la historia le queda algo grande.
Con todo, una película necesaria, emotiva e importante.
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13 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Sweet Home Alabama
Relaciones Raciales. Llueve sobre mojado.
Flojísima película que parece nacida al calor oportunista de los acontecimientos acaecidos en USA el año pasado con las elecciones presidenciales al fondo y todos esos ávidos y tumultuosos conflictos de intereses, manipulaciones sumarias y propagandas varias. O de cómo la Historia reciente se puede utilizar como arma arrojadiza (electoral) en el presente, o solo hay que echar la vista, o la memoria, si es histórica mucho mejor, valga la jodida redundancia, hacia atrás y ya verás, viva también España y nada más.
Es más o menos lo de siempre, pero un poco peor si cabe, más torpe* y pobre todavía; una serie de anécdotas chuscas, escenas truculentas, amores de risa, abuelos nefandos y proclamas ridículas que no dejan ver, opacan el verdadero motor de los hechos, el político económico que siempre está detrás de todo, al acecho, mueve los hilos, y no las cuitas triviales de unos cuantos individuos que por sí mismos, fuera de un contexto que los ilumine y explique de verdad, no hablamos de cuatro tópicos gruesos y tal vez algo maniqueos mal puestos (es cierto que, sobre todo al principio, se tratan de matizar ciertos aspectos y ampliar algunas perspectivas, pero de manera tan superficial y apresurada, tan de anuncio publicitario, que pierden su posible sentido o valor en gran medida) ni de tres famosos desgajados de su verdadera biografía, como caídos del cielo o simples meteoritos, si no más bien de las fuerzas que mueven a los hombres a su pesar o a las que se adhieren más o menos voluntariamente, no valen ni cuentan nada, son simples monigotes, lo mismo que este chaval pimpollo rubio tan sano y heroico que toma conciencia progresivamente hasta convertirse poco menos que en un santo, bravo, muchacho, jugándose el pellejo y lo otro por todos nosotros, sobre todo por los pobres negros, pero también por los blancos, de paso, los buenos, esos, pocos.
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9 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
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