El secreto del cofre de Midas (2013)

Cosas del cine. A mí, contradiciendo a la mayoría de críticos, no me parece una mala película. No es que sea "En busca del arca perdida" pero es un producto realmente digno e incluso destacable en la filmografía, no olvidemos, europea. Pues se trata de una coproducción británico-española.

El argumento no es desdeñable. No es ni plano ni simple. Tiene suficientes aristas para hacerlo interesante.

La película se inspira tanto en las actuales películas de Sherlock Holmes (Downey-Law) como en la olvidada y muy destacable "El secreto de la pirámide". Es una Gran Bretaña industrial, basada en la fuerza del vapor, tremendamente steampunk. Su ambientación, escenografía y vestuario está muy conseguida. Aprovecha su escaso presupuesto de manera sorprendente.

Quizás el cofre de Midas sea decepcionante para algunos, pero quiero recordarles las piedras "Shankara" de la segunda de Indiana Jones, o el cofre cutre que aparece en "Las Minas del rey Salomón". El objeto buscado es un simple macguffin, lo interesante es su búsqueda. Y esta película relata magníficamente dicha búsqueda, con sus enemigos, peligros, lugares secretos, sorpresas, misterios desvelados, amigos y rescates de última hora.

Obviamente hay pegas. El ritmo es pausado, sin el frenesí de Hollywood. Parece que veamos un episodio de una buena serie inglesa. A mí me gusta pero puede aburrir a otros espectadores. El final es algo confuso, en cuanto a los tiempos en los que transcurren los eventos, recordando a aquellas películas de cine mudo en los que la chica estaba atada a un aserradero y el héroe no llegaba nunca. Y la música realmente no dice nada.

Pero las interpretaciones son convincentes y no desentonan en el tono de la película. Y tiene escena post-créditos.

Mi conclusión es que se trata de una interesante película de aventuras dirigida a un público familiar. Si no eres muy exigente, pasarás un buen rato.

Pueril historia sólo digna para una tarde tranquila de verano, en la que esperas sucumbir al sueño más profundo.
De una película que se la espera de aventuras, aunque sea una producción discreta, esperas al menos una historia decente que te entretenga.
Ni Sam Neill sobreactuado ni el siempre eficaz Michael Sheen ayudan a mejorar la discreta dirección.
Lo peor es que a la de por si floja excusa argumental, a medida que la trama avanza, los diferentes frentes que va abriendo tanto de personajes como de subtramas empeoran aun más la película.
Un 4 hasta me parece mucho, pero sólo por el intento y por el trabajo de dirección artística lo mantengo.