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Letras prohibidas, la leyenda del Marqués de Sade (2000)

Letras prohibidas, la leyenda del Marqués de Sade
120 min.
6,8
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Sinopsis
Francia siglo XVIII. El Marqués de Sade pasa los diez últimos años de su vida en el asilo Charenton. Allí entabla amistad con el abate Coulmier, con el que comparte el afecto de Madeleine, la lavandera del asilo. Cuando Napoleón envía a un médico para que cure su presunta locura, el temperamento rebelde del marqués se agudiza todavía más. Obtuvo tres nominaciones a los Oscar, incluyendo el de mejor actor (Geoffrey Rush). (FILMAFFINITY)
Género
Drama Drama de época Biográfico Revolución Francesa Siglo XVIII Erótico
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Quills
Duración
120 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2000: 3 nominaciones al Oscar: Mejor actor (Geoffrey Rush), vestuario, dirección artística
2000: 2 nominaciones al Globo de Oro: Mejor actor - drama (Geoffrey Rush), guión
2000: 2 premios National Board of Review: Libertad de expresión, actor secundario
2000: 4 nominaciones BAFTA, incluyendo mejor diseño de vestuario y maquillaje
2000: Critics' Choice Awards: Mejor actor secundario (Phoenix). 2 nominaciones
"Aceptable y digna, aunque tampoco es para lanzar cohetes"
[Diario El Mundo]
"Relato fascinante (...) La descomunal actuación de Rush, situado en el punto exacto en el que converge locura y genialidad, es la gran atracción de este sólido y emocionante filme (...) Puntuación: ★★★★ (sobre 5)."
[Cinemanía]
9
7
Positiva
2
Neutra
0
Negativa
7
La cárcel de las palabras
En español, "quill" significa pluma, concretamente pluma de escribir. Del arte de escribir y también de cosquillear la moral social con toda la maldad y la libertad que puede soltar una pluma, trata este filme.

La arquitectura-mordaza del manicomio de Charendon encierra tras sus muros a un invitado insigne: el marqués de Sade, tan mediocre escritor como brillante provocador. El viejo truhán se las arregla para seguir publicando sus infames opúsculos con la colaboración de una criada que las transporta al exterior en las cestas de la ropa. Dicha criada flirtea a un tiempo con un cura que vela por las almas erráticas que habitan en el manicomio y que además está fascinado por la personalidad, el carisma y la inteligencia del ilustre hijoputa.

Un excelente material para forjar una historia que va in crescendo como una bomba de relojería en la que son las palabras la que marcan, sílaba a sílaba, una inquietante cuenta atrás hacia un final explosivo.

"Quills" también es una historia -de irregular interés- sobre la libertad de expresión y la sublime, a veces dolorosa, necesidad de crear. También es una confrontación de tres grandes talentos: el de Geoffrey Rush, diabólico y fascinante como el marqués de Sade; el de Kate Winslet, en uno de sus mejores perfiles y, dejando lo mejor para el final, el de ese monumento del morbo llamado Joaquim Phoenix que aquí lo borda como sacerdote atormentado por las tentaciones eróticas e intelectuales que le brinda el amigo Sade. Phoenix clava un recital de miradas volcánicas y gestos cuidadosamente gazmoños y aplasta con contundencia al resto del casting con una interpretación antológica.

La película en realidad parece estar llena de pasión y de personajes apasionados, pero rara vez apasiona. Sin embargo, es una propuesta de estimulante inteligencia que empieza en línea recta y acaba abriéndose en un sorprendente abanico de posibilidades interpretativas del todo inesperadas. Buena.
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33 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Por la libertad de expresión
Philip Kaufman volvió a demostrar su talento a la hora de rodar películas con un marcado tono erótico con este film, como ya hiciera con la magnífica 'La insoportable levedad del ser'. Sabe perfectamente cómo insertar escenas de ese tipo sin que resulten en ningún momento gratuitas ni banales, algo que es enormemente de agradecer comparándolo con directores como Bigas Luna o Vicente Aranda.
La historia es claramente un grito por la libertad de expresión, estupendamente narrada, mostrando como todo el mundo tiene perversiones o fantasías, en este caso sexuales, que puede ocultar, pero que seguirán ahí y que son innatas a todo ser humano. El marqués daba rienda suelta a las suyas en sus novelas, y con ellas otras personas veían saciadas sus propias perversiones, como Madeleine le cuenta al abate.
Geoffrey Rush realiza un trabajo espectacular como el marqués de Sade, inmejorable. Sólo por él merece la pena darle una oportunidad a esta película. Kate Winslet está magnífica, como siempre, y Joaquin Phoenix también realiza un gran trabajo, en gran sintonía con ella. Michael Caine destaca un poco menos, pero no deja de realizar una interpretación muy notable.
La ambientación es excelente, al igual que la banda sonora de Stephen Warbeck, con un precioso tema para ese amor imposible entre el abate y Madeleine.
En definitiva, excelente alegato contra la imposición de unas normas morales para ocultar nuestra propia naturaleza, con nuestras perversiones y fantasías que en muchos casos necesitan ser saciadas de un modo u otro. Grandes interpretaciones, lujosa ambientación, excelente puesta en escena, con una dosis de erotismo muy bien administrada y con muy buen gusto, y con un final algo desesperanzador pero dejando clara una cosa: la pluma es, en muchos casos, más fuerte que la espada, y el marqués de Sade no ha sido el único escritor que lo ha demostrado con sus obras, en este caso unas obras algo cuestionables literariamente (no por el género sino por su calidad a la hora de ser plasmadas en el papel), pero de gran valor a la hora de analizar las conductas, perversiones y fantasías sexuales y otros aspectos psicológicos del ser humano.
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20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
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