Luces de rebeldía (1959)

El espectador que sienta bajo su piel algún tipo de animadversión respecto a algún movimiento nacionalista separatista, cualquiera que sea, creo que no verá "Luces de rebeldía" con los mismos ojos que cualquier otro espectador de mirada neutral que llega a esta película empujado por una curiosidad cinéfila sana y sin prejuicios. La película es irlandesa, y no lo digo sólo por la banderita de ficha de FA sino por su contenido de cabo a rabo.

Son los años 20, el que quiera saber qué sucedía allá arriba en aquella época en Irlanda encontrará muchísima información. Lo que nos interesa respecto a esta película es que la lucha armada dio un giro histórico, de repente ya no había una lucha única contra la corona, se trataba de ser pro o anti tratadista. No hace falta decir dónde habría que colocar a James Cagney.

Puede que la película sea un poco previsible, sin embargo encuentro que retrata la vida del soldado que vive una invasión total y que tiene que dedicarse a pelear como puede, a través de emboscadas, usando más la inteligencia que la fuerza bruta. Son soldados aunque vistan de civil, luchan por su República y malviven a conciencia por sus ideales. No se trata de la película más conocida que trata el tema, pero me ha parecido muy bien realizada, con una fotografía maravillosa (esa playa...) y unos actores en estado de gracia. Con suficiente distancia es posible disfrutarla como merece.

La trayectoria cinematográfica de Michael Anderson es, cuando menos, apabullante: "Lo destructores de diques" (1955), que yo recuerdo con el título de "Misión de valientes", y que me impresionó en mi infancia, la primera adaptación de "1984", "La vuelta al mundo en 80 días" (divertida, al menos), ambas de 1956, "Misterio en el barco perdido" (1959", "Los jóvenes caníbales" (1960), la excelente "Sombra de sospecha" (1961),"Las sandalias del pescador", (1968), "La papisa Juana" (1972), o "La fuga de Logan" (1976), muy celebrada por algunos aficionados a la ciencia ficción... Una carrera artística y comercial larga y con aciertos indiscutibles.

"Luces de rebeldía" ("Shake Hands with the Devil", traducible como "dar la mano al diablo)"), 1959, es una adaptación muy seria de la novela homónima de Rearden Conner, con guion de Mariam Spitzer. Un estudiante de medicina estadounidense, de origen irlandés, se ve involucrado, sin desearlo, en la guerra contra el dominio y opresión inglesa sobre Irlanda. Ha participado en la I Guerra Mundial con el ejército de su país y no quiere volver a la lucha; aboga por la paz, como es humano y deseable. Algo que laS circunstancias se lo impedirán. A veces, hay que darle mano al diablo o el diablo nos la toma, queramos o no.
En este film James Cagney hace un papel sin duda memorable, de catedrático de Medicina y cirujano y, a la vez, de militante en el ejército irlandés clandestino. Un papel impecable sobre el que volveré al final. Dana Wynter, Michael Redgrave, Richard Harris...le acompañan de forma excelente.
Las vicisitudes de la lucha por parte del I.R.A contra los Black Tan (cuerpo del ejército británico especializado en la represión sin cuartel contra los irlandeses), llevarán a nuestro estudiante al dilema de tener que elegir entre unirse a los republicanos irlandeses o regresar a su país. La terrible represión británica y la muerte de un amigo le decantará por una de las opciones...
La película está rodada por Anderson con pericia, en un riguroso blanco y negro (buena fotografía de E. Hillier), con una ambientación impecable y una riqueza de matices de un verdadero maestro: tanto del paisaje como del paisanaje. Es de destacar igualmente la tensión dramática que lleva a nuestro héroe a tomar la decisión de su vida. O el alto nivel de los diálogos sobre las causas para tomar las armas o para mancharse las manos en nombre de un ideal superior, En este caso, como explica el personaje de Cagney, para vivir con dignidad en tu propio país.

Si se me permite reseñar dos objeciones, lo haré: la primera es la deriva "sentimental" del film en su parte final. Innecesaria. Del todo "comercial" para atenuar la dureza de la historia. La otra es política: es cierto que toda lucha debe buscar el acuerdo final entre las partes. Aunque sea insatisfactorio en todos sus términos. Algo legítimo. La película centra en el personaje de Cagney la opción contra el Acuerdo y la decisión por continuar la lucha hasta conseguir el objetivo de una Irlanda unificada y no dividida y, en consecuencia, la opción por una guerra civil entre los antiguos compañeros de armas.
Como la novela, o el guion, abogan por la primera opción, el director exagera el fanatismo del personaje de James Cagney, de forma innecesaria, y provoca un final algo melodramático.

Por lo demás un excelente film: serio, inquietante, con buenos actores (en general), y una aceptable explicación de la rebelión irlandesa del primer tercio del siglo XX.