Trailer (ESPAÑOL)
Ver 3 más- Sinopsis
- Ismael (Karra Elejalde) ha cometido varios asesinatos, pero sólo uno de ellos, por sus consecuencias, continúa obsesionándole. La hija de una de sus víctimas (Ana Álvarez), una niña de corta edad que presenció el crimen, quedó tan impresionada que perdió la razón. Veinte años más tarde, Ismael la secuestra para determinar si ella lo reconoce o no como el asesino de su madre. (FILMAFFINITY)
- Género
- Drama Crimen Secuestros / Desapariciones
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1993 / España
- Título original:
- La madre muerta
- Duración
- 107 min.
- Guion
- Música
Premios
"Pese a no contar con la aprobación del público, una película sumamente original y muy bien fotografiada. Diferente"
Fernando Morales
[Diario El País]
Mucho más que una película
19 de marzo de 2007
"La madre muerta" es más que un film: es un estado de ánimo, un sentimiento condensado en celuloide. Una muestra de las posibilidades del medio cinematográfico, al que explota en todas sus facetas: espacio ( localizaciones ), tiempo ( ritmo ), luz ( fotografía ), alma ( actores ), etc.
En definitiva, atmósfera , lograda a pulso de genio y talento, que nos cuenta con un halo poético poderoso algo tan simple como inagotable: la inocencia.
El bien visto desde el mal, el lobo enamorado de caperucita, la pureza contra la corrupción.
Eso es "la madre muerta".
Una película que es más que una película y a la vez, es justo una película, ya que uno no se imagina esta historia contada de otro modo que no sea con una cámara enfocando lo invisible: la imposible recuperación de lo perdido, la unión efímera de los opuestos.
En definitiva, atmósfera , lograda a pulso de genio y talento, que nos cuenta con un halo poético poderoso algo tan simple como inagotable: la inocencia.
El bien visto desde el mal, el lobo enamorado de caperucita, la pureza contra la corrupción.
Eso es "la madre muerta".
Una película que es más que una película y a la vez, es justo una película, ya que uno no se imagina esta historia contada de otro modo que no sea con una cámara enfocando lo invisible: la imposible recuperación de lo perdido, la unión efímera de los opuestos.
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42 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando una actriz engrandece a una película y no al contrario
28 de noviembre de 2008
La madre muerta es una película engañosa. Al acabar de verla se tiene la sensación de haber presenciado algo magistral. Pero no es así. La película es light. Si fuese una naranja estaría a medio exprimir.
La culpable del equívoco es Ana Álvarez: está espectacular. Ella sola con cada mirada, cada gesto, es capaz de alzar el nivel del film a cotas insospechadas. Quien no sienta la terrible necesidad de abrazarla con todas sus fuerzas, ya sea hombre o mujer, es porque debe de tener un corazón muy pequeñito. Quien no sea capaz de sentir ternura mirándola necesita crecer como persona. Quien no se enamore (en un sentido puro y noble) de Ana en "La madre muerta" no tiene ojos en la cara ni esencia en su propio interior.
El personaje de Ana es la fragilidad personificada. Despierta el instinto protector de quien mira la pantalla. Junto a ella revolotea ininterrumpidamente otras sensaciones como la de la amenaza ó el terror. Karra Elejalde les pondrá cara a estas percepciones oscuras.
Pero algo falla en la cinta. No se donde se encuentra el defecto, pero el film necesita pasado el ecuador un meneo que nunca llega. Se mantiene vivo con un haz de luz muy débil. Se nutre con lo justo para terminarla, pero no para adorarla. Y es una pena. Ana aquí hace el trabajo de su vida... y nadie lo recordará.
La culpable del equívoco es Ana Álvarez: está espectacular. Ella sola con cada mirada, cada gesto, es capaz de alzar el nivel del film a cotas insospechadas. Quien no sienta la terrible necesidad de abrazarla con todas sus fuerzas, ya sea hombre o mujer, es porque debe de tener un corazón muy pequeñito. Quien no sea capaz de sentir ternura mirándola necesita crecer como persona. Quien no se enamore (en un sentido puro y noble) de Ana en "La madre muerta" no tiene ojos en la cara ni esencia en su propio interior.
El personaje de Ana es la fragilidad personificada. Despierta el instinto protector de quien mira la pantalla. Junto a ella revolotea ininterrumpidamente otras sensaciones como la de la amenaza ó el terror. Karra Elejalde les pondrá cara a estas percepciones oscuras.
Pero algo falla en la cinta. No se donde se encuentra el defecto, pero el film necesita pasado el ecuador un meneo que nunca llega. Se mantiene vivo con un haz de luz muy débil. Se nutre con lo justo para terminarla, pero no para adorarla. Y es una pena. Ana aquí hace el trabajo de su vida... y nadie lo recordará.
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42 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
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