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El gato (1971)

El gato
83 min.
7,1
444
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Tráiler (FRANCÉS)
Sinopsis
Basada en una novela del escritor belga Georges Simenon. Los protagonistas son un viejo matrimonio distanciado por el tedio y la incomunicación. Ella fue acróbata de un circo, él tipógrafo. El marido concentra todo su afecto en un gato que ha encontrado en la calle; pero, precisamente por ello, el gato es víctima del odio de la esposa. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Gatos Vejez / Madurez
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
Le chat
Duración
83 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Francia-Italia;
Grupos
Adaptaciones de Georges Simenon
Links
Premios
1971: Festival de Berlín: 2 Osos de Plata: Mejor actor (Gabin) y actriz (Signoret)
8
Tiempo de recuerdos
Drama psicológico realizado por Pierre Granier-Deferre (París, 1927-2007). El guión, del propio realizador y de Pascal Jardin (diálogos), adapta con algunas variaciones la novela “Le chat” (1967), de Georges Simenon. Se rueda en escenarios reales de Courbevoie, barriada periférica del NO de Paris, y en los platós de los Estudios Boulogne-Billancourt. Nominado al Oso de oro de Berlín, gana 2 Osos de plata (actor y actriz). Producido por Raymon Danon para Lira Films, Cinétel, Gafet y Comacico, se estrena el 24-IV-1971 (Francia). La acción dramática tiene lugar en Courbevoie (París), a lo largo de varias semanas del invierno de 1971.

El realizador crea el que posiblemente es el mejor trabajo de su filmografía y la mejor adaptación sobre cuatro que dirige de Simenon. El film sobresale por la atmósfera densa, inquietante y turbadora que construye y mantiene a lo largo del metraje. La intriga y la tensión se desarrollan de acuerdo con una progresión bien administrada y hábilmente dosificada. El aire pesimista y descorazonador del relato, inmerso en la atmósfera descrita, brilla con fuerza y penetra profundamente en el ánimo del espectador. Se ha dicho, no sin razón, que ésta es una de las obras sobre la vida matrimonial más devastadoras que se han filmado.

La potencia expresiva del relato se apoya, además, en las interpretaciones soberbias de dos monstruos de la escena, como Simone Signoret y Jean Gabin, éste en uno de sus últimos papeles antes de su fallecimiento (1976). Enfrentados a un duelo sin concesiones y sin apoyos externos, absorben la atención del espectador, al que ofrecen una magnífica oportunidad de goce estético.

El drama se basa en una situación de hostilidad que tiene su origen en la diferencia de caracteres de los protagonistas, sus incompatibilidades no gobernables y las diferencias de educación y extracción social que les separan. En ambos casos las habilidades de relación y comunicación son escasas y se ven dificultadas por celos, envidias, soberbias, egoísmos, altanerías y deslealtades antiguas y nuevas. A ello se añade la pérdida de facultades que comporta el envejecimiento, la enfermedad y el progresivo aislamiento del exterior que experimentan sin entender las causas.

La definición de los dos caracteres principales se presenta bien perfilada y matizada con riqueza de detalles. Gracias a ello el proceso autodestructivo de la pareja resulta creíble y convincente. La acción tiene lugar en una casa pequeña, antigua, desvencijada y opresiva. Por lo demás, alrededor de la vivienda se desarrollan unas obras de gran envergadura que generan mucho ruido, dependiente del que producen los péndulos de demolición sin explosivos y las tareas de carga de vehículos pesados de transporte. La casa y los impactos ambientales que la afectan (ruido y vibraciones del suelo) componen una alegoría que explica y al mismo tiempo crea una situación que perturba a la pareja e inquieta al público.

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35 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
DEMOLICIÓN DEL AMOR
Sin duda, uno de los mejores acercamientos que se han hecho desde el cine al tema del amor destruido, al declive definitivo y fatal de la vida en pareja. Es la primera película que veo de este director, y me ha sorprendido gratamente, tanto por el argumento, cuya brillantez debemos a Simenon, como por su estilo directo, carente de concesiones.

La estructura de la película se basa en un prólogo -anterior a los títulos iniciales- en el que vemos como un faro (seguramente de ambulancia) recorre un viejo y degradado barrio parisino cercado por grandes obras hasta llegar a una pequeña y aislada casa; a continuación, un breve plano en un hospital, anticipa un larguísimo flashback, en el que se nos cuenta la historia de los dos protagonistas (tres, contando al gato), marcada por el deterioro de su relación, que se manifiesta tanto en silencios como en desprecios. Asimismo, este flashback central da pie a otros, hábilmente introducidos por medio de actividades cotidianas u objetos corrientes (el chorro de un grifo, unas medias, etc), y que nos informan acerca del pasado, cuando el amor aún existía y el hogar era hermoso y acogedor. Finalmente, el filme concluye circularmente, repitiendo el breve plano del hospital y cerrando con el plano del faro con la casa al fondo.

Se trata de un filme en el que importan más las actitudes y miradas que los diálogos, más bien escasos, aunque correctos; de hecho, entre los dos protagonistas no existe ninguna conversación hasta los quince minutos de metraje, lo que ilustra magníficamente el irrespirable ambiente conyugal de una pareja que ya no es tal (no se hablan; compran, comen y duermen por separado, etc). Aunque pueda sorprender que no se hayan divorciado, esto no es tan raro como podría parecer, pues muchas parejas que se detestan -especialmente si tienen cierta edad- continúan juntas por pura inercia, o por temer aún más a la soledad.

El gato, del mismo modo que la demolición paulatina e implacable del barrio, viene a simbolizar la ruptura definitiva, tanto con el pasado como con la posibilidad de amar al otro; de ahí que su destino selle para siempre la relación de la pareja, que ya venía degradándose desde hacía mucho tiempo, como pone de manifiesto la tendencia a escapar del hombre (suple su amor perdido con el que profesa al gato, acude ocasionalmente a una casa de citas) y la creciente desesperación y amargura de la mujer (añora su pasado como acróbata circense, su belleza, y vuelca su odio en el gato).

Soberbiamente interpretada por dos gigantes del cine francés como Gabin y Signoret (que está fantástica), la película es un original acercamiento a un tema terrible e ingrato, que transmite brillantemente cierta angustia y desolación al espectador, el cual queda no obstante agradecido por su incuestionable calidad y honestidad.
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23 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
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