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El capo de Corleone (Miniserie de TV) (2007)

El capo de Corleone (Miniserie de TV)
540 min.
7,9
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Sinopsis
Miniserie de TV (6 episodios). En Sicilia, en la provincia de Palermo, se encuentra Corleone, un pueblo de unos 15.000 habitantes en el que surgieron capos mafiosos tan conocidos como Michele Navarra, Luciano Liggio, Leoluca Bagarella o Bernardo Provenzano. En la segunda mitad del siglo XX, el capo de los capos fue Salvatore Riina (Totò Riina) apodado "La Bestia" por su extremada violencia, y "El Corto" debido a su baja estatura. "El capo de Corleone" describe su vida desde que cumplió 13 años en 1943 hasta que en 1993 fue arrestado en Palermo. Durante tres décadas había vivido al margen de la ley, en la clandestinidad, presumiblemente gracias a la connivencia de los máximos representantes de la Justicia. Sin embargo, tras el clamoroso movimiento popular surgido en su contra tras el asesinato de los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, los magistrados a sueldo de la mafia no pudieron evitar su arresto. (FILMAFFINITY)
Género
Serie de TV Thriller Drama Miniserie de TV Biográfico Mafia Crimen
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Italia Italia
Título original:
Il capo dei capi
Duración
540 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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10
Cristianos, asesinos, pero cristianos.
Corleone es un pueblo, pero no cualquier pueblo. Desgraciadamente, a pesar de ser en la actualidad un lugar bonito y tranquilo en el centro de Sicilia, es principalmente conocido por ser la cuna de los jefes de la Mafia Michele Navarra, Luciano Leggio, Leoluca Bagarella, Salvatore Riina y Bernardo Provenzano. También fue lugar de nacimiento de Vito Corleone, personaje ficticio de la novela El Padrino, de Mario Puzo.
Del mismo modo que Sicilia es una isla, pero no una isla cualquiera. Desde los pueblos que precedieron la llegada de los griegos hasta el siglo XX, la isla ha sido escenario de multitud de invasiones y centro estratégico en el crisol de civilizaciones que siempre ha sido el Mediterráneo.
Totó Riina, "la bestia", "el corto", fue uno de los delincuentes más sanguinarios del siglo, un hombre sin escrúpulos, cuyo origen humilde y el haber conocido el hambre de niño le marcó en toda su vida. En todo momento hace gala de un paradójico lenguaje al usar constantemente la palabra "cristiano" - curioso tratándose de un asesino de tal envergadura.
Esta serie me ha cautivado por su ambientación, interpretaciones - destacando la garra del "esbirro" (policia) Daniele Liotti (el Felipe "El Hermoso" de Vicente Aranda) en su papel de policía - , un guión perfectamente engarzado y una música (Luigi Seviroli) bellísima y adecuada a la historia.
También me gusta mucho como está llevada la relación de amor entre Teresa y Biaggio, aunque en muchos momentos enturbiada por el peligro evidente que les rodea, los que provoca conflictos.
Claudio Gioe está espléndido en su papel del frío y despiadado mafioso, además del parecido físico que consigue con el Riina auténtico (curioso el contraste con el personaje que interpreta en "La mejor juventud", otra gran serie italiana).
Entre los secundarios, me gustan mucho las interpretaciones de Claudio Castrogiovanni (Luciano Liggio) y Salvatore Lazzaro (Bernardo Provenzano, conocido como "El fantasma de Corleone" y sucesor de Riina desde 1993 al frente de los "corleoneses"). Sin olvidarse del gran Andrea Tidona, que aparece en la última parte de la serie como el juez Falcone.
En todo momento me ha enganchado la trama, ansiando que llegara el momento de seguir viéndola y avanzar hacia el final, donde se desvelase el misterio de la motocicleta de juguete que enlaza el principio y el final de la película.
En resumen, la recomiendo vivamente por ser una serie muy, muy entretenida y un documento muy válido sobre los origenes de la "cossa nostra".

Saludos, y, como diría Totó Riina, que sigáis siendo "buenos cristianos".
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51 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Questo é la Cosa Nostra
Totó. No, no es el niño de “Cinema Paradiso” ni el inmortal actor italiano. Es, seguramente, el último de los grandes hijos de puta. Menudo tipo. Los que tenemos ya unos añitos, aunque pocos aún, podemos recordar perfectamente como a principios de los noventa se cargaban espectacularmente al súper juez italiano Falcone que, decían, era el primero que ponía todos los cojones encima de la mesa contra eso que llamaban mafia. Digo eso que llamaban porque hasta que el arrepentido Tomazzo Buscheta no le contó a Falcone todos los detalles de aquella “Cosa Suya” no se sabía muy bien cómo, dónde ni quién. Al menos desde fuera, porque en Sicilia siempre lo supieron.

Seis capítulos. Seis películas de más de hora y media. ¿Exagerado? No, necesario. Porque, créanme, contar la vida de este elemento en menos tiempo se haría imposible. Nada más dedicar un ínfimo porcentaje a los asesinatos que cometió y mandó ejecutar alcanzaría el metraje de “Lo Que el Viento se Llevó”. Y ahora podemos entrar en disquisiciones de las razones socio-políticas de la aparición de la mafia siciliana en el siglo XIX, de sus relaciones con los gobiernos italianos, con el tráfico de drogas internacional o con el desembarco de los americanos en la isla italiana. Pero me parece que eso no es lo importante. “Il Capo dei Capi” huye de análisis profundos y se centra única y exclusivamente en todo lo que significó la figura de este cabronazo y sus colegas corleoneses que, haciendo un guiño a la ficción cinematográfica, convirtieron su pueblo, el pueblo de Don Vito, en un lugar de leyenda.

Apoyada en la única figura ficticia de la serie, Biagio Schiró, la historia avanza contándonos el ascenso y encumbramiento de Riina, ese vejete que vemos en los vídeos declarando ante un Tribunal y que parece poca cosa: “Yo soy un trabajador honrado, un pobre campesino de Corleone, yo no sé nada”, dice con semblante tranquilo y aparentemente inocente. Qué huevos los del corleonés y sus adláteres. Yo tengo que darme un viaje a Sicilia y llegar hasta allí. La cuna, el mito, la fábula de la delincuencia criminal más acojonadora que haya existido. Lo demás son burdas imitaciones, más o menos crueles, pero nadie, repito, nadie hasta hoy ha he llegado a controlar o a plantearle una guerra a todo un Estado moderno como hicieron ellos.

La serie no tiene desperdicio. No posee la espectacularidad de las de la HBO pero presume de un aire a realidad que no se lo puede quitar de encima. Uno la ve y piensa que lo que ocurrió por aquellos lares durante todo el siglo pasado tuvo que ser algo muy parecido a lo enseñado. Y ese es su tremendo éxito. Cuando termine de verla no le pasará como con Al Pacino, con quien uno termina simpatizando. Aquí, pensará en el personaje, le entrará un repelús y dará gracias por no haber nacido un poquito más al este y unos años antes. Serie para no perdérsela y totalmente recomendable sobre un personaje para el que todo calificativo se queda corto: Il capo di tutti capi.
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38 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
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