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Ordet (1943)

Ordet
108 min.
7,3
173
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Sinopsis
Primera adaptación de la obra teatral de Kaj Munk, posteriormente llevada al cine también por Carl Theodor Dreyer. Dos familias rurales que rivalizan por motivos religiosos encuentran un nuevo punto de fricción por la inminente boda del hijo de la primera y la hija de la segunda. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Religión
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Suecia Suecia
Título original:
Ordet
Duración
108 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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8
¿A quién quieres más a papá o a mamá?
Vaya por delante que la película homónima de Dreyer es para mi la mejor película de la Historia del Cine y por tanto cualquier apreciación está condicionada. Mi nombre lo delata.

No se debe leer a Quevedo después de deleitarse con El Quijote.
No se debe mirar a las pinturas de Rubens después de empaparse de Velázquez.
No se debe escuchar a Schubert tras oír a Bach.
No se debe visitar un edificio de Le Corbusier si se acaba de disfrutar del espacio creado por Brunelleschi.

¿Y por qué no?.
Son excepcionales Quevedo, Rubens, Schubert y Le Corbusier, y se puede alcanzar casi lo sublime con ellos.
Pero es que son verdaderamente pocos los imprescindibles.

A la película le falta el misterio, las luces y las sombras y los silencios del director danés. Y es curioso, siendo anterior y más cercana al cine mudo. Pero es muy buena peli que dispone de un prólogo obviado en la versión posterior y que sinceramente creo que no ayuda.

Me quedo con las dos. A distinto nivel por supuesto, pero muy alto en ambos.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
No es creer ni predicar… ¡es vivir con fe y amor inquebrantables!
La palabra, Pietismo, proviene del latín: Pietatis > Piedad. Con éste término se identificó un movimiento espiritual promovido por el luterano alemán, Philipp Jakob Spener (1635-1705), el cual en su obra, “Pia Desideria” (Deseos piadosos, 1675), marcó la doctrina básica del pietismo y ésto hizo que fuera reconocido como fundador de este importante movimiento en el que se resaltaba que, la piedad activa y el amor fraternal debían ser más importantes que las sofisticaciones teológicas: el cristianismo debía ser vivido y experimentado individualmente.

Aunque el movimiento comenzó en Leipzig, en casa de Spener, en 1680, realizando lo que se llamó, Collegia pietatis (Asambleas piadosas), pronto se extendió a otras ciudades alemanas y se proyectaría hasta Norteamérica, a donde llegó, en 1719, de la mano del predicador Alexander Mack.

Importa, mucho más, la experiencia humanitaria y espiritual que la rutina del culto. Se defiende el derecho al ejercicio (sacerdotal) de cualquier creyente, de manera que no sólo los pastores podían leer en grupo los pasajes de la Biblia o promover la grandeza de Dios. El pietismo fue crítico del dogmatismo y valoraba más la oración en privado que la liturgia. En definitiva y es lo que, en lo personal, he defendido, No es creer ni predicar… ¡es vivir con fe y amor inquebrantables!

Kaj Munk (1898-1944), fue un dramaturgo y pastor luterano danés, reconocido por su aporte literario, pero, quizás más aún por su condición de mártir pietista durante la ocupación alemana a Dinamarca durante la II Guerra Mundial. Como han dicho sus analistas: “Su teatro muestra, ante todo, la admiración por el esfuerzo humano y el papel de los héroes a lo largo de la historia, poniendo en los débiles la iluminación religiosa de la fe y la justicia”. Sus obras: “Han sidder ved Smeltediglen” y “Niels Ebbesen”, tuvieron como propósito desprestigiar el nazismo… y capturado por agentes de la Gestapo, el 4 de enero de 1944, fue asesinado y su cuerpo arrojado a una cuneta. La iglesia luterana lo elevó a la categoría de santo.

La obra que inmortalizó a Munk, “Ordet” (La Palabra,1925), fue trasladada a guion cinematográfico por Rune Lindström -quien también interpretaría el excelente rol de, Johannes Borg- y con el sello del director, Gustaf Molander, tiene su primera gran adaptación logrando una interesantísima confrontación religiosa entre dos familias: La una católica (habitantes de la granja Knut) y la otra pietista (el pastor y sastre, Petterson). Los líos empezarán, cuando los padres de ambos bandos descubren que sus hijos, Anders y Ester, están enamorados.

Los diálogos ameritan serias reflexiones; las actitudes comportamentales de cada miembro de la familia son dignas de analizar… y al final, uno siente que la trama lo sacude muy adentro, pues, de una u otra manera, por algunas o muchas de éstas cosas todos hemos pasado… y queda preguntarse: ¿Cuál ha sido nuestra actitud? ¿Con cuál personaje nos sentimos más identificados? ¿Será factible la forma como se cierra la historia… o no es más que mera fantasía?
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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