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Voto de Chagolate con churros:
6
Drama Varios jóvenes cometen asesinatos en diferentes ciudades europeas: un grupo de burgueses en París, un contrabandista en Italia y, finalmente, un peculiar poeta en Inglaterra. (FILMAFFINITY)
26 de febrero de 2011
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La forma episódica fue usada con frecuencia en el Neorrealismo, y ninguna de las películas realizadas bajo dicha fórmula (esté, o no, dentro del movimiento neorrealista) se escapa de la irregularidad. Tampoco lo hace “Los vencidos” aunque al acabar con la mejor de las tres historias, el sabor que queda en la boca tras el visionado es más que agradable.

Hay un preámbulo explicativo, impuesto por la producción, que sirve como justificación, y bien es sabido que justificarse es lo peor que existe en el arte. No es el único punto donde Antonioni tuvo que doblegarse frente a los productores (el dinero procedía del clero italiano. Sí, bastante poco se entrometieron viendo de dónde salían las liras).

“Los vencidos” es un bosquejo de lo que más tarde realizaría Antonioni. Tiene ahí, su mayor interés. Su episodio más flojo (y el más manipulado por la producción), el que podemos decir que es puramente neorrealista, es casi un esquema de su magnífica “La noche.” Cuando Claudio (Franco Interlenghi) pasea malherido por las calles, a la que vemos es a Lidia (Jeanne Moreau). Y aunque no existe la misma comunicación con el entorno como en su obra posterior, el director ya apunta: cuando Claudio se baja del coche, caída ya la noche, para no ser inspeccionado por el médico, Antonioni usa un pequeño travelling para seguir la marcha del contrabandista por las calles silenciosas hasta su casa. Pasa la verja que será la puerta de su casa y la policía, aparece en primer término, dejando a Claudio ya encerrado tras esa verja.

Antonioni no comete el fallo de mostrar vivencias italianas con personajes no italianos. Parecerá absurdo pero otros directores italianos cayeron en ello. Observamos a personajes franceses que se comportan como tal, y a personajes ingleses con todos los rasgos característicos del británico.

Toda la desidia, el desencanto y los problemas de comunicación que tan bien explora en su trilogía, se ven en ciernes en su primera historia acontecida en Francia. Es de hecho, la primera piedra de la Nouvelle Vague. Mucho antes de que los directores galos cogieran por primera vez una cámara. Era tan amarga e hiriente, que la película estuvo prohibida en Francia durante veinte años.

Georges escribía poemas. Pierre le dice que se parecían a los de Jacques Prévert (¿es un alago?, je,je).

Georges apunta.
La naturaleza es lo único que observamos.

(Abróchense los cinturones porque esto continúa).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chagolate con churros
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