Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
9
Thriller. Drama El matrimonio de Edward (Richard Gere) y Connie Sumner (Diane Lane) parece ir bien: tienen un hijo, dinero, posición y una bonita casa en un barrio residencial de las afueras de Nueva York. Pero un día, en Manhattan, Connie conoce a Paul (Olivier Martinez), un joven y atractivo coleccionista de libros de origen francés, con el que comienza una apasionada relación extramatrimonial. (FILMAFFINITY)
14 de abril de 2009
48 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
La filmografía de Adrian Lyne consiguió por fin el estatus de adulta con su última obra hasta el momento. Tras cintas tan catódicas como polémicas en intenciones y resultados como Flashdance, Atracción fatal, Una proposición indecente o Lolita, Infiel es una elegante carta de presentación sobre las razones y efectos del deseo humano.

Además consigue que el estilo de Lyne, sin abandonarlo del todo, sea el más depurado sin dejar de estar presente. Hay momentos en todas sus cintas excesivamente efectistas. En Infiel los hay, pero aparecen más justificados y además no abusa de ellos. Al contrario de lo que muchos piensan, no se posiciona ideológicamente. No es tan reaccionario como la crítica europea lo considera, ni tan provocador como lo ve la americana. Y menos en Infiel, donde en todo momento comprendemos las inmorales acciones de todos sus protagonistas, a la par que el desarrollo y evolución de la historia es lo más coherente y universal que Lyne ha filmado nunca.

La típica historia de una mujer aparentemente feliz que es infiel por impulso, y el torbellino que desata con su acción está más vista que el tebeo. Y quien hace de Infiel una experiencia apasionante no es (sólo) Lyne, es una magnética y fantástica Diane Lane, que consigue con su tremendamente humana interpretación el perfecto retrato de la mujer normal expuesta a circunstancias extraordinarias. Consigue la mejor actuación de su carrera de estrella poco aprovechada. Consigue que cada poro de la piel de su Connie supure emoción (justamente fue candidata a media docena de premios en 2002), consigue una sensualidad madura increíble, un poder ante la historia y el espectador fascinante.

Prueba de ello es cada escena con su marido o su hijo, su viaje en tren (increíble), los encuentros sexuales con Olivier Martínez… Todos y cada uno de los momentos en que aparece en pantalla. La suya es una historia de deseo y responsabilidades, de oportunidades perdidas y de intenso renacimiento sexual.
jaly
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow