Haz click aquí para copiar la URL
Voto de miguel:
6
Thriller. Intriga. Drama Justin Quayle (Fiennes) es un diplomático británico destinado en Kenya cuya mujer es asesinada junto a un hombre sospechoso de ser su amante, un activista defensor de los derechos humanos de la región. Quayle decide entonces investigar los asesinatos, y comienza a descubrir mucho más de lo que esperaba... (FILMAFFINITY)
27 de diciembre de 2005
25 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía miedo a la nueva película de Meirelles. Tras las buenas (y merecidas) críticas a Ciudad de Dios, pensé que haría más o menos lo mismo, pero más friki y más flipao, como Tarantino o Peter Jackson, vamos, pero parece que el hombre tiene la cabeza bien amueblada. Por eso para su segundo largo ha elegido una historia sencillita y la ha narrado de la misma manera, a pesar de no renunciar a su estilo.

La historia de amor es preciosa. Primero la química entre Rachel Weisz y Ralph Fiennes, que está genial, como siempre, es muy buena, a pesar de que el principio es muy elíptico, sin perder mucho tiempo, alternando pasado y presente. Tras la pérdida de la esposa, la historia es más triste todavía. Ese jardinero atrapado por su pasado y al mismo tiempo incapaz de recuperarlo, sabiendo que todo pudo haber sido de otra forma, recorre el mismo camino que antaño hizo su esposa, como magnífica declaración de amor. Hay mucho romanticismo en esta película, más allá de musiquitas con violines, besitos y todas esas chorradas que hoy en día se identifican con la palabra romántico. Por tanto, no puedo entender esas críticas que hablan de una intriga fantástica (todo lo contrario, la intriga se sostiene gracias a la historia de amor)o de un alegato magnífico sobre el problema africano. Nada de eso, ante todo es una gran historia de amor, que ocurre en un tiempo y en un espacio, y los protagonistas están influenciados por ese ambiente, pero no es lo que da peso a la historia.

Gracias a esto, podemos pasar por alto que a veces el Meirelles flipe un poco de más con algún montaje excesivo. Solo ocurre en momentos muy puntuales, ya que normalmente la trama se desenvuelve de forma muy sencilla. También molesta mucho la música, con sus coros africanos y sobre todo en la única escena mala de la película, aquella en la que Fiennes vuelve a su casa de Chelsea. Vale, es una película con fallos, pero muy atractiva y bastante sincera. Merece la pena y es una muestra de lo que debería ser normalmente el cine comercial.
miguel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow