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Voto de miguel:
3
Drama Tras abandonar Dogville, Grace se dirige con su padre a Manderlay, una plantación de Alabama, donde ambos son testigos de los horrores de la esclavitud y la segregación. Segunda parte de la trilogía "Visiones de América", en la que el director danés ofrece su punto de vista sobre un país que nunca ha visitado. (FILMAFFINITY)
8 de enero de 2006
24 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Qué divertido es ser intelectual! ¡Qué fascinante! Qué bien nos sentimos criticando a los Estados Unidos, ese país imperialista lleno de gente malvada. ¡Y aún mejor si lo hace un cineasta danés (porque ya se sabe, cuanto más extraño es el país, mejor la película) que va por la vida de intelectual a pesar de tener dos películas buenas (que no excelentes)! En Europa siempre hemos tenido ese poder para dejar a EEUU por los suelos. No se porqué, la verdad, cuando la mentalidad estadounidense es producto de la nuestra, además de que fuimos los europeos los que montamos dos guerras mundiales y fuimos también los primeros en negociar con los terroristas islámicos. A Lars Von Trier todo eso le da igual, él está a otro nivel. Todo era facilísimo en Dogville y ahora se repite con Manderlay. El "dios" Von Trier viene a decirnos lo malos que somos, él tiene ese poder.

Y entre tanto moralismo de garrafón alguien viene a decirme que la estética es original. ¡Claro que sí amigo! Como enfocar durante 16 horas la pata de una silla. Ahora bien, ¿es Manderlay original? No, porque existe Dogville. Ajá, pero es que en Dogville la originalidad se iba a los 5 minutos, cuando te das cuenta que el escenario a tiza y la cámara en mano solo sirven para la masturbación propia del director, para que le digamos lo radicalísimo que es. Porque... ¿cambiarían algo estas películas con escenarios de verdad? No, claro que no. La estética es terriblemente gratuita, nada que ver con la conexión emocional entre fondo y forma que existe en Elephant, The brown bunny o Dong. Eso sí son películas radicales, vanguardistas.

En Manderlay, el danés ya se pasa de castaño oscuro. La sensación de vacío que podrían provocar los escenarios se va a pique por el horrible montaje, que nunca da el suficiente tiempo a los planos para que sean atractivos, para que se note esa sensación de suspenso. Todo está troceado sin la más mínima imaginación (aunque con raccords muy cortos, para que le digamos que está influído por Godard, en fin...), que finalmente queda feo. No se puede disfrutar de las interpretaciones por esto mismo (aunque Dallas Howard es mucho más inocente que Kidman -también peor actriz- y creo que le viene bien el personaje de Grace). Para colmo de la pretenciosidad música de Vivaldi, aplicada, claro está de la forma más tópica.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
miguel
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