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Gambia Gambia · Galiza
Voto de ibán:
10
Ciencia ficción. Fantástico Tras una apocalíptica guerra nuclear, el mundo ha quedado devastado. Un grupo de científicos del bando vencedor llega a la conclusión de que el único modo de salvar a la humanidad es recurriendo a los viajes a través del tiempo: o bien mandar a una persona al pasado para pedir ayuda, o al futuro para buscar una solución a la situación presente. El elegido para realizar el viaje a través del tiempo es un prisionero. Historia de corte ... [+]
17 de febrero de 2007
147 de 161 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante experimento el que acometió el director al plantear una historia que tanto tentaba la búsqueda de la fabulación futurista, regodeándose en los efectos especiales más avanzados que su época le hubiese permitido, a través de un lenguaje cinematográfico abandonado cuatro décadas atrás. Seguro que nos recordará a Stroheim esta narración que cabalga sobre fotogramas fijos genialmente escogidos, pero éste no deja de ser un aspecto, aunque lleno de intención en Marker, meramente técnico. Para mí, puestos a buscarle un referente entre los clásicos, está mucho más cerca del Murnau de Amanecer. Porque, más que ninguna otra cosa, la Jetée es una de las historias de amor más bonitas y mejor contadas que conozco.

Agradecerle a 12 monos el uso de la misma idea argumental, gracias a ello se ha rescatado este tesoro de la filmografía francesa para muchos de nosotros. Citado este punto de partida no encuentro relación alguna entre las dos obras. Mientras que en la película de Gilliam el viaje en el tiempo y por tanto la “historia de ciencia ficción” sirve como justificación y argumento central, aquí no es más que otra de las múltiples facetas. Si no por encima, a la misma altura están la historia de amor, la elección del lenguaje, la combinación de música y fotografía...Ya sé que es un tópico alabar las virtudes del original frente a la banalidad de la versión reciente (sobre todo si ésta es yanqui), pero en este caso es tan obvio que cualquier comparación resulta imposible.

Desconozco si estoy en lo cierto, pero me atrevo a decir que esconde hallazgos posteriormente aplicados por otros directores: la estética de algunos personajes de Delicatessen, la utilización de la voz en off que Lars Von Trier emplea en Europa...

Sólo añadir que al terminar el visionado he vuelto a ponerla otras dos veces. La recomiendo encarecidamente. No digo que se trate de una obra maestra pero, inusual en las formas y limpia de todo lo accesorio (no llega a media hora), es una experiencia que merece la pena. Realizando una analogía con la literatura; si, por ejemplo, Orson Welles representase al teatro y Ford a la narrativa, sin duda aquí estamos ante uno de los mejores poemas de la historia del cine.
ibán
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