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Voto de Kick'Em Ars:
8
Fantástico. Aventuras. Drama Cuando Harry Potter y sus amigos vuelven a Hogwarts para cursar su tercer año de estudios, se ven involucrados en un misterio: de la prisión para magos de Azkaban se ha fugado Sirius Black, un peligroso mago que fue cómplice de Lord Voldemort y que intentará vengarse de Harry Potter. El joven aprendiz de mago contribuyó en gran medida a la condena de Sirius, por lo que hay razones para temer por su vida. (FILMAFFINITY)
31 de julio de 2007
87 de 95 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los grandes triunfos intelectuales de los conocidísimos Cahiers du Cinema es la extremada popularización de su política de autores; todos hablamos de películas de Renoir, de Hitchcock o de Verbinski, como si el director tuviese el control absoluto sobre cada una de las distintas labores del variopinto equipo que “fabrica” una película. Pero se me permitirá una liviana discrepancia en torno a este asunto en lo relacionado a las superproducciones. Productores ha habido siempre que han dejado una marca personal en sus obras, independientemente de quien ocupara el puesto de director: Darryl F. Zanuck, Walter Wanger, Val Lewton, Hal B. Wallis, Steven Spielberg, Jerry Bruckheimer… Y The Prisoner of Azkaban es una superproducción como la copa de un pino. Sin embargo, se obra un pequeño milagro; Alfonso Cuarón, dentro de los estrechos márgenes de maniobra que una superproducción de este tipo suele conceder al firmante, pretende dotar de estilo a la película con el instrumento que más está al alcance de su mano: la cámara. El travelling o desplazamiento de la cámara en el espacio, sea sobre el hombro del operador o sobre algún vehículo móvil o producido digitalmente, se convierte en el instrumento que dota de estilo a la película:

- cuando Harry Potter, después de fugarse, se halla sólo en las oscuras y frías calles. Sentado en el bordillo de la acera, algo le acecha. Una sucesión de travellings de acercamiento a su figura desde todos los ángulos expresan la inquietud ante el peligro incierto.

- en el primer enfrentamiento de Harry con un dementor en el tren a Hogwarts, donde los planos de los contendientes incluyen movimientos de acercamiento y de alejamiento que reflejan la tensión de las fuerzas contrarias.

-la luna emerge de las nubes e ilumina el rostro del profesor Lupin. De súbito, el objetivo se acerca a su ojo para que el espectador sea testigo en primer plano de la monstruosa metamorfosis de su iris y de su pupila; con la misma celeridad, el objetivo retrocede para mostrar la espantosa transformación que obra en el desdichado personaje.

- en la orilla del lago, Harry reanima a Sirius Black que, al abrir los ojos, grita al ver algo terrorífico en el cielo. La cámara, consecuente con sus “principios”, se aleja sobre los dos magos hasta que mete en el plano el motivo de la angustia de Sirius, una estantigua de dementores que desciende sobre ambos. Acto seguido, el objetivo desciende en vertical entre los dementores y regresa a la altura de Harry y Sirius.

Argumentalmente, The Prisoner of Azkaban se decanta por la tradición literaria del terror gótico (Mary Shelley, Bram Stoker) con un añadido homenaje a H.G. Wells, el padre de los viajes en el tiempo; todo muy británico, of course.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Kick'Em Ars
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