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Voto de Demetrio Rudin:
8
Cine negro. Intriga Un general millonario y excéntrico tiene dos hijas que están involucradas en asuntos más bien turbios. Decide entonces llamar al detective privado Philip Marlowe para que resuelva sus problemas familiares. Cuando Marlowe empieza a investigar, descubre muy pronto que las diversas ramificaciones del asunto lo convierten en una auténtica maraña. (FILMAFFINITY)
13 de mayo de 2006
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
El sueño eterno se nos muestra como una autentica obra maestra, no solo del cine negro, si no también de la extensa filmografía de Howard Hawks y Humphrey Bogart. Adaptada de un relato de Raymond Chandler, la película alcanza los límites de complejidad y profundidad en cuanto a un buen guión se refiere; se dice que ni el director, ni el guionista, ni el autor supieron quién era en realidad el asesino, aunque se trate de una broma, esto sirve como ejemplo de la enrevesada trama de la obra. Refiriéndonos a los datos técnicos, reseñaremos que El sueño eterno fue rodado en 1946, de la mano de Howard Hawks, al que se le considera uno de los principales artífices del cine de gángsteres, gracias a Scarface, el terror del hampa.

La historia, enormemente compleja, como ya dijimos anteriormente, nos embauca en un caso detectivesco encargado a Philip Marlowe, un duro detective estadounidense, que se ve preso en un mundo de corrupción, chantaje y violencia. Inmiscuido hasta el fondo, Marlowe contará con la ayuda de Vivian, una atractiva mujer que esconde profundos y oscuros secretos en su interior. Un absorbente clima de tensión y sensualidad culmina este admirable guión de William Faulkner.

La cuidada fotografía de marcado aroma negro, unida al enorme potencial visual de la cinta, hacen de este, un título a imitar dentro de su género. Todos los movimientos de cámara, tornan su objetivo a lograr un universo cínico y feroz, de la misma forma, los encuadres presentan una visión desenfocada de un mundo peligroso e inseguro, que envuelve al espectador desde el primer momento. Ciertas secuencias causan verdadera admiración, caso de la escena que sirve como antesala al conflicto dramático. Marlowe entra en la mansión del general Sternwood, una vez allí vislumbra un desolador paisaje, el viejo general mata sus últimos alientos de vida consumiéndose en un invernadero, a más de treinta grados. Durante la entrevista el detective se empapa en sudor, mientras que el anciano le introduce en las contaminadas personalidades de sus hijas, un par de tigresas que aunque, lleven distintos estilos de vida, ambas se mueven en círculos viciosos de drogas, juego, sexo… La química Bogart-Bacall incide positivamente en un film, una vez más. Siendo la pareja de protagonistas, el mayor atractivo del reparto. El secundario más destacado, es Martha Vickers, que actúa en el papel de Carmen Sternwood. La música intensa y sugestiva, supone un agradable acompañamiento sobre las imágenes.

Un imponente ejercicio de dualidad desbordada, sencillamente genial.
Demetrio Rudin
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