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Voto de piensaencines:
6
Romance. Drama Elio Perlman (Timothée Chalamet), un joven de 17 años, pasa el cálido y soleado verano de 1983 en la casa de campo de sus padres en el norte de Italia. Se pasa el tiempo holgazaneando, escuchando música, leyendo libros y nadando hasta que un día el nuevo ayudante americano de su padre llega a la gran villa. Oliver (Armie Hammer) es encantador y, como Elio, tiene raíces judías; también es joven, seguro de sí mismo y atractivo. Al ... [+]
30 de enero de 2018
518 de 804 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vamos a jugar a una cosa: vamos a hacer que no sabemos nada de las nominaciones y premios de esta película, que nadie ha leído ninguna crítica antes de verla ni se ha empapado de opniones creadas. Vamos a jugar a que la vemos "vírgenes", atraídos por su trailer , o por el nombre de James Ivory tras el guión (como me ocurrió a mi), o por un par de datos más que pueden llamar tu atención sobre ella...sin más información.

Ya sé que es difícil, pero vamos a intentarlo.

"Call me by your name" ("llámame por tu nombre" en español, que no sé por qué narices no lo han traducido), pretende ser una película sobre el despertar sexual, el primer amor, el amor prohibido, la aceptación, el deseo, la seducción, los convencionalismos, la sensualidad y la represión. Una propuesta ambiciosa para una película aparentemente sencilla.,
Digo "pretende", porque al final (siempre desde mi punto de vista) se queda en una fantasía homoerótica burguesa bastante simplona:

- En la fantasía de un adolescente sin más preocupaciones que decidir qué libro leer, o si tirarse a un melocotón, a la francesita liberal que veranea en su mismo pueblo idealizado, o al profesor buenorro que sus padres acogen en su palacete veraniego de la Toscana para ayudarles en sus investigaciones arqueológicas....Todo muy de andar por casa, vamos.

- Y también en la fantasía de un madurito despampanante que ve la oportunidad dar rienda suelta a sus pasiones ocultas, de quemar su último cartucho, desde una posición de poder, antes de ceder definitivamente a una vida convencional y aburguesarse irremediablemente.

Una especie de "Lolita" gay en la Toscana, pasada por el tamiz moralizante de Disney, o peor, de Dreamworks.

Una historia mil veces contada (como todas), que se nos intenta vender como si fuese el último gran triunfo del cine anticomercial frente al todopoderoso y perverso cine comercial. David frente a Goliath, el bien frente al mal. Gran trampa, pues estamos ante una cuidada labor de marketing y promoción, para un tipo de público muy sensible a ese tipo de promoción y marketing camuflados, que nos vende un producto manufacturado , como si fuese una obra de artesanía (que no de arte).

Si el gran atractivo , para mí, de esta película era el guión de James Ivory, ni siquiera eso consigue convencerme. Su narración se pierde en miles de detalles meramente estéticos que no hacen sino ralentizarla. Entre plano y plano de paisajes, o de rincones hermosos o de una mosca que pasaba por allí, avanzan a trompicones y con lagunas imperdonables las relaciones entre los protagonistas y entre éstos y el resto de personajes. Un guión quizás en demasía literario.
Uno de esos casos en que 100 minutos son mejor que 130.
Apenas consigue rascar la superficie de los sentimientos, de los temores o los deseos de los personajes. Coloca al espectador en posición de mero "voayeur", en vez de hacerle partícipe. Desperdicia el gran potencial erótico y sensual de la historia y de cada encuentro con agotadores alardes de esteticismo.

La cámara se empeña en demasía en que nos enamoremos del jovenzuelo Timothée Chalamet (al que no hay nada que reprochar), desaprovechando e incluso dejando sin sentido (por esas lagunas de que hablaba) la sólida interpretación de Armie Hammer. Sí que le regala a Michael Stuhlbarg esa confesión imposible, y un poco Disney, que para mí es la mejor escena de la película y con la que se debería haber cerrado. Pero una vez más se empeñan en alargar la historia sin sentido y darnos dos finales que por separado podrían funcionar, pero consecutivamente restan más que sumar.

No, no hay riesgo, no hay sorpresa, no hay novedad, no hay maestría, no hay nostalgia ni tampoco hay verdad. "Call me by your name" no consigue traspasar la barrera de la emoción y se queda en mero entretenimiento, banal y esteticista con muchas pretensiones.
No molesta, no incomoda, no enfada y ni siquiera aburre. No provoca rubor, ni deseo, ni rechazo, ni empatía.
No, no nos cuenta una historia universal de manera personal. Sólo se esfuerza demasiado en parecer que lo hace.
No me parece, en definitiva, una gran película, y ni siquiera me parece que sea mala. Es casi , lo peor que se puede ser: una película sin más. Una de tantas. Una que en breve ni recordaré.
piensaencines
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