Libre adaptación del manga original, que también coge ideas del mítico anime de Mamoru Oshii, y de algún OVA, para crear su propia historia en acción real en lo que casi podría considerarse una precuela de la cinta de animación del noventa y cinco, de la cual toma su estructura narrativa y varias escenas icónicas que replica visualmente de manera abrumadora. Precisamente es su diseño de producción lo más llamativo, con titánicos y luminosos escenarios llenos de retorcidos personajes semirobóticos, que en ciertos momentos sobrecargan en exceso la pantalla.

Su guión, comercial y simplificado, no da pie a interpretaciones, girando totalmente alrededor de su protagonista femenina, correctamente caracterizada por Scarlett, rascando apenas la superficie de los dilemas vitales y morales planteados en algunas de las entregas anteriores de la saga animada. En definitiva, una duración acertada y acción constante que aseguran el entretenimiento, en una película que se asienta en un punto medio de fidelidad a la obra en la que se inspira para ser accesible al público en general sin perturbar a los fans de la Mayor Kusanagi.

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