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Voto de Oscar DLC:
10
Ciencia ficción. Drama Matt Trent (Jon Hamm) y Joe Potter (Rafe Spall) están pasando unos días en un lugar remoto en medio de un paraje asolado por la nieve. El día de Navidad, Matt prepara la tradicional comida navideña, mientras que la canción "I Wish It Could Be Christmas Everyday" suena por la radio. Entonces, un extraño impulso empuja a Matt a explicar a Joe la razón por la que descubrió el lugar remoto en el que se encuentran ahora, un tema que nunca ... [+]
24 de diciembre de 2014
71 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como niños ansiosos incapaces de conciliar el sueño la noche anterior. Esa era la sensación ante la noticia de la llegada de una nueva entrega de “Black Mirror” por navidad.

El guionista Charlie Brooker nos recompensa la insoportable espera entre temporadas y lo hace con creces. En “Black Mirror White Christmas” muestra una vez más su genialidad con un regalo navideño envenado que engloba en 70 minutos todo lo que nos ha hecho rendirnos a los pies de una de las obras de ficción más importantes de los últimos tiempos.

Un ejercicio de concisión en el guión donde esos 70 minutos para relatarnos tres breves historias funcionan tanto como mini-temporada comprimida, como film independiente y perfectamente cohesionado. No puede caber más en menos tiempo de metraje.

La elección del realizador Carl Tibbets, que dirigió el brutal segmento “White Bear” en la temporada anterior, podría sugerir que Brooker nos destrozaría las navidades a lo bestia, sin concesiones. Sin embargo “White Christmas” está mas cerca del tono de “The Entire History of You” o “Be Right Back” que de la mencionada “White Bear” o “The National Anthem”, que eran puñetazos directos a la boca del estómago. El “Black Mirror” navideño se queda parasitando en tu mente trás su visionado y te vuela la cabeza con efecto retardado a medida que reflexionas, lo saboreas y asimilas del todo. Además en esta ocasión, Brooker atenúa el impacto de manera consciente, desperdigando pequeñas pistas hacia un final algo menos imprevisible que en otras ocasiones, pero igualmente coherente y devastador.

Volviendo a crear una atmosfera opresiva e incómoda, el ambiente navideño es una presencia constante, con tonos de color blanco de una pureza que casi daña la vista, tanto en los escenarios nevados como en el domicilio del personaje encarnado por Oona Chaplin, con influencias del Kubrick más futurista.

Blanco puro en contraste con la negrura del alma del ser humano, al que Brooker señala una vez más y de la manera más pesimista e inmisericorde posible como incapaz de utilizar el maravilloso don de la tecnología sin ensuciarlo con una falta total de ética o moral. Las relaciones sociales, la esclavización virtual o la administración de justicia vuelven a ser retratadas de manera certera, satírica y provocadora por el genio británico.

“Black Mirror” siempre nos ha alertado de que la pesadilla se desarrolla en el presente o en un futuro a cortísimo plazo mostrando herramientas tecnológicas maravillosas, que son solo evoluciones lógicas de otras que existen y ya manejamos a diario, diseñadas para mejorar, para unir, para hacernos más libres y cuyo uso miserable desemboca en la esclavitud, la soledad y el aislamiento más absoluto. Porque si hay un tema principal en “White Christmas” trás sus muchísimas capas de lectura, es sin duda la soledad. Como no podía ser de otra manera en una visión de Charlie Brooker sobre la navidad.

El enorme nivel actoral de la serie siempre ha sido también una constante en la calidad de la serie y aquí se dispara con la participación de una estrella como Jon Hamm, enorme en un papel confeccionado a su medida donde su carisma, su atractivo y su “norteamericanismo” son capitales para crear un personaje arrollador, repleto de matices, que aglutina todas las virtudes y defectos del ser humano que Brooker pretende retratar. Atención al sutil guiño a su papel en “Mad Men” cuando ambos protagonistas dialogan sobre su oficio. El peso más dramático recae sobre un estupendo Rafe Spall y la española Natalia Tena luce en el segmento más oscuramente divertido de la trama, casi por encima de su compañera en “Juego de Tronos” Oona Chaplin, cuyo personaje no tiene demasiada cancha para desarrollar.

Satírica, crítica, retorcida, pesimista, reflexiva y absolutamente imprescindible. “Black Mirror” sigue en buenísima forma y “White Christmas” es el mejor regalo navideño posible. Charlie Brooker sigue explotando su habilidad para instalar historias que quedan fijadas en nuestra mente, que nos hacen reflexionar y crean unas ganas tremendas de debatir las cuestiones que plantea. Además es muy recomendable varios visionados para apreciar más aun la maestría en el mecanismo de su guión y de paso, descubrir los guiños a episodios anteriores entre los nicks del chat o los titulares que aparecen en la parte baja de la pantalla durante el informativo.

No os lo perdáis. Los mejores 70 minutos del año como espectador llegan por vía televisiva desde el Reino Unido. Feliz blanca/negra navidad.

http://losreyesdelmando.com/2014/12/24/critica-black-mirror-white-christmas/
Oscar DLC
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