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Voto de Oscar DLC:
8
Thriller. Drama Biopic sobre el matemático británico Alan Turing, famoso por haber descifrado los códigos secretos nazis contenidos en la máquina Enigma, lo cual determinó el devenir de la II Guerra Mundial (1939-1945) en favor de los Aliados. Lejos de ser admirado como un héroe, Turing fue acusado y juzgado por su condición de homosexual en 1952. (FILMAFFINITY)
26 de diciembre de 2014
197 de 227 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puntual a su cita llega el intento anual de la compañia de los hermanos Weinstein por acaparar los grandes premios anuales en el mundo del cine. Después de que “La Gran Estafa Americana” les saliera rana en este aspecto, este año apuestan algo más sobre seguro bajo el género del biopic, que tanto suele agradar a académicos y críticos.

Ante todo, “The Imitation Game” es una película biográfica realmente ejemplar. La vida del criptógrafo Alan Turing cuenta con todos los elementos para resultar interesante y la película del noruego Morten Tyldum los aprovecha de manera inteligentísima. Turing es un personaje lo suficientemente desconocido, complejo, fascinante y relevante en la historia de la humanidad para que la dirección de Tyldum y el fantástico guión de Graham Moore salgan victoriosos apostando todo a la carta de su personaje protagonista, sin caer en la tentación de desviarse hacia otros personajes o al entorno histórico en el que se desarrolla su historia, por muy relevante que este sea.

Un film de corte clásico, con un montaje sobrio que utiliza de manera elegante y sin abusar el recurso del flashback, cuyos artífices están tan seguros de su apuesta que se permiten casi prescindir de localizaciones exteriores y de escenas bélicas o que muestren en pantalla las consecuencias directas de la segunda guerra mundial, desarrollando la totalidad del film en un par de interiores y focalizando la acción en los diálogos y la interacción del omnipresente Turing y el resto de los personajes.

De esta manera se evita que la cinta se vaya a las tres horas de duración por exceso de ambientación e información (una de las lacras habituales de este tipo de películas) y además crea una constante sensación de distancia entre el conflicto bélico y los protagonistas, básica para comprender como resultaron de decisivas sus acciones, pese a los kilómetros que les separaban de la guerra propiamente dicha. La estructura subterranea de thriller y la sensación de urgencia en la carrera contra el reloj, aportan fluidez a la trama, sin olvidarse nunca del objetivo principal, que es ofrecer el más completo retrato de su protagonista.

Una vez que decides apostar todo al personaje retratado, no queda otra opción que confiar tal responsabilidad a un actor descomunal. Si el año pasado fue el año de Matthew McCohaughey, este ha sido sin duda el de Benedict Cumberbatch. El actor británico está aprovechando su dulce momento eligiendo con maestría los proyectos donde interviene, siendo muy consciente de que este es el año en el que su estatus pasa de grandísimo actor a superestrella.

Consciente de que él es la película, Cumberbatch se mete en la piel de Turing regalándonos un auténtico festival de intensidad y matices. Al igual que cuando interpreta a Sherlock Holmes, es un espectáculo verle simplemente pensar. Presente en la práctica totalidad de los planos del film, no para de transmitir inteligencia, vulnerabilidad, carisma, soberbia, timidez, soledad, dolor… Sencillamente enorme, los premios cinematográficos son siempre caprichosos y habrá que contar con una fiera competencia, pero si Cumberbatch se alza con el Oscar o el Globo de Oro será con el total de los merecimientos.

El resto del fantástico reparto cumple magníficamente, sin olvidar por un momento su papel secundario y sin ensombrecer jamás a su protagonista. Destacan una Keira Knightley que mejora como actriz película trás película y un Mark Strong impecable como director del MI6. Charles Dance y Matthew Goode rebosan presencia y elegancia puramente británicas.

Más allá del descaro en la intención de acaparar galardones o ciertas similitudes en la personalidad de su protagonista o el estilo clásico de dirección que comparte con “Una Mente Maravillosa”, “The Imitation Game” es una de las mejores experiencias cinematográficas del año y, por encima de todo, un homenaje tan auténticamente sentido y necesario como desgraciadamente tardío a un ser humano cuyo único pecado fue ser diferente en una época (no tan lejana) tremendamente bárbara. Un alma atormentada devorada por los secretos que guardó durante toda su existencia y una persona absolutamente machacada y castigada por la vida de manera tan injusta e indignante como desproporcionada.

El cine consigue de nuevo hacer justicia, dándonos a conocer un personaje decisivo para nuestra historia reciente y lo hace entreteniendo, fascinando y emocionando. Poco más se puede pedir.

http://losreyesdelmando.com/2014/12/26/critica-the-imitation-game-descifrando-enigma/
Oscar DLC
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