Don Bluth intentó ocupar el puesto de Disney en el cine de animación e hizo apuestas muy arriesgadas. Aquí jugó cartas muy atrevidas y técnicamente muy logradas para la época (para la época, porque su animación no ha envejecido demasiado bien).
Para lo bueno y para lo malo: la historia es demasiado adulta (para un público infantil pero para el resto del público se gana en profundidad) pero le falta algo para acabar de cuajar mejor.
Al final da la sensación que parte del éxito de Bluth viene por los pobres años que vivió la animación Disney, porque The Secret of Nimh está falta de algo para acabar de arrancar.

Al finalizar y viéndolo con la perspectiva que da el paso del tiempo, una tiene la sensación de que pasados los años lo mejor que nos ha dado la película es la música de Jerry Goldsmith. Lo que es un honor para la película es a la vez una losa: porque la película no es capaz de ofrecer nada mejor por sí misma.

Una lástima. Una lástima, porque creo que merece aspirar a más, pero sigue siendo una película interesante.