La ciencia médica ha adelantado que es una barbaridad, y ya cualquiera se puede meter entre pecho y espalda derivados del petróleo para lucir un tetamen de aúpa, o trasladar musculatura del brazo o la pierna para presumir de manubrio. Pero, y por eso deben rezar todas las noches desconsolados los productores de Hollywood -flagelándose las carnes con un cilicio-, aún no se ha hallado la forma de hacer crecer el cerebro, ni aún menos darle un mínimo de brillantez.

Así que hasta el dia que eso llegue, desde la "fábrica de sueños" nos seguirán endilgando basuras como la que ésto nos ocupa, que no pasa de ser un refrito de cientos de pelis, tan predecible que genera una sensación de deja vù completamente insoportable, y que hasta contiene una explicación final de esas cogidas por los pelos, tan inverosimil y absurda como que aún se rueden presuntas películas de terror, cuando el género ya es como un cuerpo exhibido muchos años en un tanatorio, momificándose o pudriéndose ante nuestros ojos estupefactos.

Desaconsejo a cualquiera que busque un mínimo de entretenimiento semejante castaña, y aprovecho para solicitar desde aqui a los señores mandamases del cine, que se dejen de una puñetera vez de hacer pelis con crios protagonistas, que es muy cansino verlos a cada final de secuencia mirando hacia la cámara, donde probablemente están sus papás contando la billetada que reciben a cambio de vender la infancia de sus vástagos, y a puntito de preguntar con voz de pito ¿Lo hice bien? ¿Lo hice bien?

Vaya un hondo avemaría por el triste fiambre que es hoy dia el género del terror, y un desgarrado llamamiento al juez de guardia para que autorice el levantamiento del cadaver y su posterior y merecida sepultura. Que ya va apestando cosa mala, rediós.