Como todas las "live-action movies", este film resulta una decepción absoluta por su falta de empatía con el espectador. Aunque la historia sobre el papel puede resultar interesante, sobre todo para los aficionados al manga, el desarrollo en imagen es tremendamente torpe, lento y fatigoso. Con una secuencia inicial homenaje a "Blade Runner", quizás lo único destacable del film, su viaje a Marte y las desventuras que sufren los personajes, resultan ciertamente frustrantes.

No me resisto a establecer un paralelismo entre "Mad Max: Fury Road" y este film, por cuanto lo que ocurre en Marte, básicamente es una persecución arriba y abajo, con peleas y luchas con un enemigo que no da cuartel. Así, si en la película de George Miller este viaje resulta espectacular y épico, con la misma ausencia de guión, en el filme de Miike resulta ciertamente pesado, deslavazado y falto de ritmo. Donde en uno es poesía, el otro son grafitis en los baños públicos. Y gran parte de culpa la tienen la definición con actores reales de unos personajes-manga. No entiendo porqué los japoneses trasponen al mundo real unos personajes con los mismos cortes de pelo y cara de Koji Kabuto. Para el consumo interno será fantástico, pero para el espectador occidental provoca un inevitable rechazo.

Aún resulta más irritante si nos fijamos en el lujo en la producción, con unos excelentes interiores de naves, diseños de vestuarios y efectos especiales.

El resultado final es una película engañosa, un chasco, que quizás pueda satisfacer al aficionado a los mangas y animes, pero dudo que guste al seguidor de filmes de ciencia-ficción en general.