Yo lo siento por John Lasseter, un artista que en 1986, con un sueño en mente, decidió tirar la casa por la ventana e intentar abrirse camino en esto de la animación. Lo consiguió y por eso todos los amantes de este tipo de cine le debemos mucho. Pero desde luego, lo que no le hay que aplaudir, de ninguna de las maneras, son los trabajos mediocres. O al menos, los que bajan de un plumazo la calidad general de todo lo que habían realizado previamente. Cars (2006) fue un bluff bastante gordo y "Mate y la Luz Fantasma", el corto que lo acompañó en DVD, mantenía los mismos problemas que aquel. El quid de la cuestión no es sólo que éste palidece -y mucho- con respecto al notable cortometraje que precedió a Cars en el cine (El hombre orquesta), sino que no se sostiene como obra independiente, ni mucho menos, al basar su efectividad en que te caigan bien, o no, sus personajes.

La historia es una excusa para coger al personaje tonto de Cars, el "Goofy" de turno (nada disimulado, por cierto, con esos dientes de paleto) y gastarle una mala jugada. La premisa es buena, tiene sus chispazos de humor, pero en general es tan, tan sencillote que eso juega como un arma de doble filo: la broma no funciona. John Lasseter puso todo su empeño en la realización de este trabajo, para lo que se apoyó en el animador Dan Scanlon, dando lugar a una obra técnicamente notable (que usaba el mismo motor que el largo), pero insuficiente para cualquier espectador que no simpatice con el desgraciado Mate, como es mi caso.

Para más inri, Lasseter siguió expandiendo Cars con una serie de cinco cortometrajes (a cada cual peor, incluso por debajo de éste) y en 2011 tendremos una secuela, Cars 2, en cines. Total, que los fans tienen a Rayo McQueen y Mate para dar y tomar. No me importaría unirme a ellos si Cars 2 funciona, que conste, pero lo veo bastante complicado...