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Voto de RickDeckard'82:
6
Drama. Thriller En la antigua Unión Soviética, Leo Demidov (Hardy) es un oficial de la seguridad del Estado (MGB) y antiguo héroe de guerra, que cuando investiga una serie de asesinatos de niños, el Estado lo releva de su cargo y lo aparta de la investigación para preservar la ilusión de una sociedad utópica libre de crimen. Demidov luchará entonces por encontrar la verdad tras estos asesinatos y la auténtica razón por la que el gobierno rehúsa ... [+]
18 de abril de 2015
29 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El niño 44” está dirigida por Daniel Espinosa (“El invitado”, “Dinero Fácil) y protagonizada por Tom Hardy y Noomi Rapace. Es la adaptación de una novela con el mismo nombre, de la cual se encargó el prestigioso escritor y guionista Richard Price (“El color del dinero”, “Historias de Nueva York”, “The Wire: Bajo escucha”, etc) de traer a la gran pantalla. Producida por Scott Free, la productora de Ridley Scott, esta película tenía visos de convertirse en una agradable sorpresa y quizá una contendiente para los próximos Oscar. Ambientada en Moscú durante la era comunista comandada por Stalin, Leo Demidov (Hardy) un miembro del cuerpo de “seguridad” soviético es perturbado por la muerte del hijo de un viejo amigo suyo y compañero de profesión que clama haber sido asesinado. Teniendo en cuenta que, según su doctrina, el asesinato era una enfermedad capitalista Demidov deberá luchar contra el sistema para atrapar al asesino que continúa matando a niños impunemente.

Empezando por las actuaciones, Tom Hardy y Noomi Rapace ejercen de rotundos protagonistas pese a contar con Gary Oldman, Joel Kinnaman y Vincent Cassel como miembros del reparto. Y es que, aunque ambos cumplen con sus personajes y crean un vínculo creíble como matrimonio en apuros, los demás están relevados al ostracismo y fijándome en la duración de la película esperaba algo más desarrollo de personajes. Me decepcionó que la oportunidad de ver un memorable pulso entre Oldman, Cassel y Hardy no se materializase y en su lugar recibamos demasiado relleno que, desde luego es importante para recrear el tono de los años 50 en la URSS pero que al cabo de un tiempo comienza a repetirse y, por desgracia, caer en el aburrimiento. La dirección llevada por Espinosa es decente, no impresiona ni transmite profundas emociones como otro director más contrastado haría con este concepto, pero consigue algunas tomas poderosas del paisaje ruso y capta bien el ambiente de desconfianza y terror que invadían las calles de Moscú antaño. Sin embargo, el peor aspecto de la película es el trailer, que nos muestra lo que parecía una investigación policial de un asesino de niños, llevada a cabo por un Tom Hardy desquiciado y obsesionado en darle caza como sea. También nos introduce al personaje de Gary Oldman como elemento relevante en la historia, donde ambos parecen actuar conjuntamente para poner a dicho psicópata entre rejas. Sin embargo, cuando terminas la película y recapitulas, el resultado no puede ser más alejado de dicho trailer. ¿Dónde está la historia que nos vendían? ¿Por qué los trailers dañan la película en vez de ayudarla? Sinceramente no entiendo algunas de las campañas publicitarias de hoy día y después de ver “El niño 44”-sin haber leído el libro- jamás la definiría como un thriller de asesinatos y sin embargo eso es lo que nos venden. También tengo queja sobre la duración de la cinta y es que otra mala costumbre hoy día es la de alargar las películas innecesariamente y en este caso se han pasado. Personalmente, le sobran 10 o 15 minutos y sobretodo le sobra mucha trama secundaria que no lleva a ninguna parte ni complementa a la principal y resulta un esfuerzo en vano de parecer más dramática de lo que es. El guión está aquí y allá, muy deslavazado, repleto de personajes intrascendentes y una decepcionante historia de investigación que se disuelve en este mar de confusas ideas.

En conclusión, “El niño 44” es una buena película fijándonos en las interpretaciones -buena química y desarrollo de la inestable relación entre Hardy y Rapace, así como un pétreo y despiadado Kinnaman- pero un producto fallido en su conjunto. Este es un claro ejemplo de que rodearse de gente competente no siempre es la fórmula ganadora y de que la visión del director importa más de lo que parece, actuando como raíles de un tren (soviético) que debe llegar a su destino: ser una película con un propósito y objetivo definido.
RickDeckard'82
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