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España España · Santa Cruz de Tenerife
Voto de gerardops:
3
Ciencia ficción. Acción En un Japón futurista la joven Motoko Kusanagi (Scarlett Johansson), también conocida como 'the Major' Mira Killian, es la líder de grupo operativo de élite, Sección 9, cuyo objetivo es luchar contra el ciberterrorismo y los crímenes tecnológicos. Al mando de esta unidad de operaciones encubiertas está Aramaki (Takeshi Kitano), y destaca Batou (Pilou Asbæk), un exmilitar considerado como uno de los agentes más salvajes del grupo. Pero, ... [+]
7 de abril de 2017
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante la proyección de “Ghost in the Shell: El alma de la máquina”, me iba dando cuenta del escaso cine que contenían las imágenes que estaba viendo. Y es que en esta producción priman de tal manera el cómic y el videojuego que no queda espacio para el Séptimo Arte. Todo lo filmado destila en cuerpo y alma una naturaleza ajena a la cinematografía. En su origen, “Ghost in the Shell” es un manga de ciencia ficción creado por Masamune Shirow, seudónimo del dibujante japonés Masanori Ota, que recaló más tarde y con notable éxito en el universo paralelo de las videoconsolas. De hecho, ya ha presentado en cartelera cinco largometrajes previos y asimismo ha estrenado una serie televisiva. Por lo tanto, se trata de un producto que se exhibe a través de toda pantalla que tenga a su alcance y apoyado por un legión de fieles seguidores.
Reconozco que, aunque soy aficionado a la ciencia ficción, ni esta propuesta en sí ni la historia que contiene me resultan atractivas. Percibo cuando una narración carece de componente literario o le falla la esencia para calificarla como película. En este concreto caso, asistí a una apabullante recreación visual futurista y a una cuidada escenografía, válida para la mayoría de videoclips musicales y de juegos de ordenador. Sin embargo, me pareció huérfana de una trama interesante, de personajes sugestivos y de dirección efectiva. No descarto que haga las delicias de los millones de aficionados que provienen de ese ámbito del cómic japonés por excelencia, ni de quienes pasan horas y horas con el mando de la Play Station en la mano. Pero, desde luego para un cinéfilo, el proyecto resulta artificial y prefabricado.
El realizador Rupert Sanders, que debutó en la dirección con “Blancanieves y la leyenda del cazador” (superproducción con un presupuesto de ciento setenta millones de dólares que no se logró recuperar en el mercado anglosajón, aunque la taquilla internacional salvó in extremis la inversión), es el responsable de esta cinta de similar presupuesto, que nace con la intención de convertirse en una trilogía. Una vez más, se impone la visión del cine como industria, muy alejado de su imprescindible vertiente artística y creativa.
Una agente especial cyborg, mitad humana y mitad máquina, lidera un grupo de élite cuyo objetivo se centra en llevar a cabo operaciones encubiertas dentro de la Comisión Nacional de Seguridad que lucha contra el ciberterrorismo y los crímenes tecnológicos. Entrenada para detener a los criminales y extremistas más peligrosos, se enfrentará a un fanático 'hacker' cuya única misión consiste en acabar con los avances de la tecnología cibernética. Para hallar al misterioso informático, la agente cyborg pronto se verá inmersa en una serie de intrigas políticas y de secretos de Estado.
La estética de algunas secuencias, cercana a la obra maestra de Ridley Scott “Blade Runner”, no pasa de ser un breve espejismo, pequeñas referencias visuales sin mayor recorrido. En mi opinión, es más asimilable a títulos como “Aeon Flux”, protagonizado en 2005 por la actriz Charlize Theron. La enésima muestra de esa artificialidad que contamina los trabajos que pretenden venderse como cine.
Scarlett Johansson y Juliette Binoche encabezan el reparto del film, si bien ignoro cómo consiguieron involucrarlas para participar en un rodaje como este. La primera se está especializando en los últimos tiempos en dar vida a supuestas heroínas, sumando apariciones en las sagas de “Capitán América”, “Los vengadores” y “Ironman”. Comienzan a quedar muy atrás sus interesantes y meritorias interpretaciones en “Match Point”, “Lost in Translation” o “La joven de la perla”. Creo que debería reconsiderar con urgencia el rumbo de su carrera. En el caso de Juliette Binoche, sus actuaciones en “Tres colores: Azul”, “El paciente inglés” y “Herida” le disculpan de cualquier desliz posterior. Lo que es evidente es que ni una ni otra deberían volver a implicarse en esta clase de largometrajes.
www.cineenpantallagrande.blogspot.com
@gerardo_perez_s
gerardops
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