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Voto de Archilupo:
8
Drama El sheriff Wade Whitehouse es un hombre gris y menospreciado por todos. Su vida cambia cuando se produce la muerte de un sindicalista en una partida de caza. Aunque la mayoría cree que se trata de un accidente, él está convencido de que se trata de un asesinato. Resolver el caso es la oportunidad que estaba esperando para demostrar su valía a su propio padre -un hombre dominante y alcohólico- y a sus vecinos. (FILMAFFINITY)
19 de febrero de 2010
56 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
El autor de la novela original, Russell Banks, lo es también de la que sirvió de base a “El dulce porvenir”, de Egoyan, producida el año anterior. De parecida tonalidad sombría, propició una excelente actuación, la de Ian Holm, como aquí la de Nick Nolte.

El ritmo de “Aflicción” es extremadamente sobrio y contenido, tal vez para poder sujetar el director un material que le resulta muy sensible, por motivos autobiográficos (Schrader ha elaborado en más de una película la relación con su padre, severo y conflictivo calvinista). La tensión, enorme, va en tenue progresión, con la mayor eficacia. Junto a ello, se ofrece una imagen impresionante y poderosa: un incendio culminante a través de un ventanal, de gran belleza visual y dramática.

Un simple e insidioso dolor de muelas en la boca de un hombre marcado desde la infancia por un padre bronco, abusivo, borracho y generador de odio, va actuando como espoleta de una creciente tormenta de violencia íntima, un seísmo de ira más y más incontrolable.
El volcán permanece latente desde esa infancia traumática que reaparece en constantes flashes (imágenes con aspereza y grano que potencin su fuerza perturbadora), e irá entrando en lenta erupción a partir de un incidente, la muerte de un jefe sindical durante una cacería.

El aislamiento del pueblo en el nevado invierno de New Hampshire multiplica la tensión escénica.

No asistimos a la violencia al uso en el cine norteamericano. Disparos, golpes y sangre tienen presencia mínima. Del proceso se muestra lo interno, el vía crucis de quien vive impotente cómo germinan en su psique las semillas del odio castrante y lo van dominando y desquiciando, en ataques de cólera y furia como espasmos.

Nolte lo encarna con intensidad visceral y eleva a notable esta durísima película, casi irrespirable, un callado lamento por los niños “cuya capacidad de confiar y amar les es mutilada casi al nacer”.
Archilupo
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