Un periodista se sube a un avión en una noche de tormenta. Junto a su asiento descubre un reproductor de mp3; lo enciende y empieza a escuchar un podcast que narra cómo el avión en el que viaja desparecerá.

La tercera versión del relato de Richard Matheson (la primera tuvo lugar en la quinta temporada de la serie original, la segunda en la película dedicada a “The Twilight Zone”) resulta, a juicio de quien esto escribe, la peor de todas. Se trata de una adaptación muy libre, que se aleja bastante de los precedentes; no hablamos de un remake, aunque hace algunos guiños al material en que se basa -el nombre del capitán del avión, homenaje a Richard Donner; ese peluche que aparece al final del capítulo…-. Consigue un par de buenos minutos de suspense, pero no logra transmitir ningún miedo. El penúltimo giro se adivina demasiado pronto, y el último es simplemente ridículo. Tampoco ninguna de las interpretaciones quedará para el recuerdo. En general decepciona. Se percibe cierta frialdad en el conjunto. Antes de ver este capítulo recomendaría revisitar el clásico de 1963, y luego comparar.

Pensándolo bien, el episodio recuerda más a "Non-Stop", la película del 2014 con Liam Neeson en una avión, que al magistral cuento de Matheson. Y eso es un problema.