The Appearing cuenta la historia de una pareja que se muda a un pueblo donde acaba de desaparecer una joven estudiante. Luego aparecen fantasmas, posesiones, homicidios.... Emmm, es como que los guionistas y el director no decidían por dónde encaminarla y bueno, ¡mezclemos todo!, dijeron.

En sí las actuaciones son de malas a muy malas.
La trama está llena de incongruencias e incoherencias que la van deteriorando hasta dejarla sin sentido.
Lo peor es que, más allá de todos los cliché que se intentan utilizar, en los primeros 70 minutos de película casi nada ocurre.

Las cosas que más llaman la atención, ya sea por errores de concepción del film, o bien porque resultan absurdas, tenemos las siguientes:
- Hay una psicóloga que en apariencia es un estereotipo, pero que con sus preguntas se asemeja más a la periodista de Harry Potter (sí, la que tiene una libreta que se anota sola). Aparte, esta psiquiatra atiende a sus pacientes en un manicomio (muy conveniente). Por otro lado, ella y su compañero (quien no queda claro si es un psiquiatra o el director del manicomio o qué), además de estudiar la mente, resultan ser una especie de expertos en teología o en artes ocultas.
- La frase en Latín que repite uno de los personajes: básicamente podría haber buscado la traducción en google, que no es tan complicado. No sé por qué había necesidad de buscar a un sacerdote para que explicara su significado (que casualmente también tendrá una relación con hechos pasados).
- Cada vez que entran a la casa embrujada (sí, también hay una casa embrujada, que por cierto es similar a la casa detrás del hotel en Psyco, o Bates Motel), TODAS las luces se encienden automáticamente. Vaya sorpresa, para ser una casa tan antigua y abandonada.
- Ellos llegan al pueblo y básicamente ocurre lo siguiente:
¡Hola! Quiero ser policía.
Bien, aquí tienes tu uniforme y tu arma.

Hay más, pero las pondré en spoiler.

De todos modos, una trama mal planteada. Personajes poco creíbles y actores pésimos. Lenta, muy lenta.

¿Miedo? Nada. ¿Sustos? Ni siquiera.

Ahórrense el tiempo y ni la vean.