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Voto de Jark Prongo:
9
6,8
600
Ciencia ficción. Fantástico. Drama. Romance
Tras recuperarse de un intento de suicidio, un hombre es seleccionado para participar en un experimento que consiste en viajar en el tiempo, algo que hasta ese momento solo había sido probado en ratones. No obstante, una falla provoca que el hombre viva acontecimientos de su pasado en un orden aleatorio. (FILMAFFINITY)
14 de febrero de 2011
36 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si Alain Resnais se destapó como un magnífico documentalista en los albores de su filmografía, aunque siempre a rebufo de Chris Marker (sin duda el más valido de los dos cuando hacían pelis a pachas), cuando entró a realizar películas ¨convencionales¨ lo hizo subido encima de un guindo harto elevado para que nadie pudiese entrar a valorar si lo filmado era cosa de una mente adelantada, de un trilero cinematográfico o, directamente, una serie de mamarrachadas inconexas más propias de un hermeneuta al que regalan su primer Cinexin. Quedó patente con esa obra maestra de la técnica y pionera del montaje críptico y onírico que es El Año Pasado en Marienbad, a la sazón encumbrada por la crítica en su día por el azar que decantó a estos señores a adoptar esta impostura dentro de las 2 vías que en ellos se dan cuando no comprenden el objeto a criticar: o se habla de Obra Maestra o se condena al ostracismo. Dicho azar optó por la 2ª vía al tener que ejercer su acción sobre Te Amo, Te Amo, película un millón de veces mejor y cuasi obra maestra. La alusión a dicha peli no era un ejercicio de venganza por mi parte, sino algo importante de cara a situarnos.
Es extraño cómo una de las escasas pelis de ¨sci-fi¨ franchutis (junto a La Jetee del ya mentado Chris Marker y algún triunfo del irregular Jean Rollin, como Acoso En La Noche) puede resultar aún tan válida, influyente y vanguardista, pese a ser casi tan vieja como Ana Obregón. Conforme la vemos nos damos cuenta de que Olvídate De Mí le debe todo, no sabemos si como ¨re-arrange¨, influencia inconsciente o un poco de cada. Y no termina aquí la cosa, ya que la fuga psicogénica de Carretera Perdida sus buenos paralelismos conserva con interpretaciones psicológicas de la peli de Resnais, amén de la cápsula orgánica de viaje temporal, que parece cosa de un Cronenberg nuevacarnero. Por supuesto, el hermetismo también remite al Lynch más postcinematográfico, al de Inland Empire.
Es extraño cómo una de las escasas pelis de ¨sci-fi¨ franchutis (junto a La Jetee del ya mentado Chris Marker y algún triunfo del irregular Jean Rollin, como Acoso En La Noche) puede resultar aún tan válida, influyente y vanguardista, pese a ser casi tan vieja como Ana Obregón. Conforme la vemos nos damos cuenta de que Olvídate De Mí le debe todo, no sabemos si como ¨re-arrange¨, influencia inconsciente o un poco de cada. Y no termina aquí la cosa, ya que la fuga psicogénica de Carretera Perdida sus buenos paralelismos conserva con interpretaciones psicológicas de la peli de Resnais, amén de la cápsula orgánica de viaje temporal, que parece cosa de un Cronenberg nuevacarnero. Por supuesto, el hermetismo también remite al Lynch más postcinematográfico, al de Inland Empire.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Aquí de lo que nos habla Resnais bajo guion ajeno es del viajar al pasado, pero no como concebimos los viajes desde la sagrada trilogía de Regreso Al Futuro, sino desde un proceso mental inducido tanto de forma externa como autosugestionada, casi como en la novela En Algún Lugar Del Tiempo del gran Richard Matheson, solo que el motivo del viaje del protagonista en Te Amo, Te Amo fue real, conocido y tangible para él durante cierto lapso de tiempo. Tan tangible como puede ser la mujer que un día fue tu novia, después pasaste a despreciar, igual llegaste a asesinar y, finalmente, hizo que te intentaras suicidar, convirtiéndote en un ser que está muerto en vida. Y durante los retornos, de manera casi imperceptible (como los mecanismos cerebrales que interfieren en la memoria selectiva haciendo y deshaciendo a su antojo), las cosas varían, de tal manera que lo que nunca fue igual pasó y viceversa, incluyendo superposiciones que enlazan actos desde el sesgo que da el remordimiento y el deseo de que no fuese así para no ansiar no querer existir. Un lío, vaya. Como Aguila Roja.
En resumen, una lección cautivadora de cómo hacer cine seminal, petarlo en el montaje una vez más y conseguir, ahora sí, que el espectador empatice en vez de bostezar ante tanto virtuosismo, como en El Año Pasado en Marienbad.
En resumen, una lección cautivadora de cómo hacer cine seminal, petarlo en el montaje una vez más y conseguir, ahora sí, que el espectador empatice en vez de bostezar ante tanto virtuosismo, como en El Año Pasado en Marienbad.