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Voto de Nesinho:
9
Musical. Romance. Comedia. Drama Mia (Emma Stone), una joven aspirante a actriz que trabaja como camarera mientras acude a castings, y Sebastian (Ryan Gosling), un pianista de jazz que se gana la vida tocando en sórdidos tugurios, se enamoran, pero su gran ambición por llegar a la cima en sus carreras artísticas amenaza con separarlos. (FILMAFFINITY)
9 de diciembre de 2016
463 de 598 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es complicado empezar una crítica cuando las imágenes se apoderan de uno por momentos. Este es uno de esos filmes con tantos registros, tantas lecturas paralelas, que hacen que sea apasionante el sólo hecho de plasmar en palabras los sentimientos que llega a transmitir.

Esta es una historia clásica, de las que ya casi no se hacen. Tanto lo es, que es fascinante poder apreciar ese toque maestro de las grandes películas de antaño y al mismo tiempo respirar una bocanada de aire muy fresco con respecto al incipiente mundo de franquicias y remakes al que nos tiene condenado Hollywood en los últimos años.

El amor es la temática central de este filme. Pero no sólo el existente entre unos Ryan Gosling y Emma Stone sobresalientes, si no el que tienen por sus sueños, y, principalmente, por la ciudad que todo lo cubre. Cada plano, cada secuencia, es una declaración en público de la devoción por la ciudad de Los Ángeles. El propio título de la película ya nos da una pista de este poema hecho celuloide en honor a este lugar. Todo gira en torno a este ente poderoso que se convierte en el gran protagonista durante cada minuto del metraje. La fotografía es única, maravillosa a más no poder, de las que se te graban en la mente y crean escuela. Algunas de las escenas son tan icónicas que se repetirán en el imaginario popular puesto que La La Land lo tiene todo para ser el gran musical de esta generación.

Y es que es una obra original de los pies a la cabeza. No se encontrarán aquí fórmulas prefabricadas ni clichés que reduzcan el tono de los acontecimientos. Todo funciona en una mezcla perfecta entre diálogo, drama y música. Las escenas musicales fluyen de manera natural y se complementan bien, al mismo tiempo que son un placer visual. Las luces, los colores, el movimiento... toda una serie de factores hacen que la estética sea espectacular.

La dirección desde el punto de vista técnico es excelsa y confirma a Damien Chazelle como uno de los grandes talentos del cine actual. El guión está muy bien llevado puesto que introduce varios géneros para culminar en una escena final absolutamente maravillosa.

La música habla por sí sola, el gran trabajo de Justin Hurwitz se hace notar y de qué manera. Cada verso de cada canción cobra un significado en relación a la trama y logra transmitir de forma muy directa las emociones que encauzan este filme. Qué decir de los actores, todos rozan la perfección y no me extrañarían nada unas nominaciones de la Academia para los dos protagonistas.

En conclusión, estamos ante un clásico instantáneo. Una obra de las que sientan cátedra, de las que transmiten y nos hacen creer de nuevo en esto que llamamos cine. Porque a pesar de las ilusiones perdidas, la ciudad de las estrellas siempre estará ahí para volver a hacernos soñar.
Nesinho
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