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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
5
Intriga. Drama Durante un viaje en el legendario tren Orient Express, el detective belga Hercules Poirot investiga un asesinato cometido en el trayecto, y a resultas del cual todos los pasajeros del tren son sospechosos del mismo. (FILMAFFINITY)
11 de julio de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás en parte por la falta de ideas o porque los clásicos siempre vuelven, la vieja dama del crimen Aghata Crhistie (1890-1976) regresa a la gran pantalla una vez más. En mis años adolescentes devoré todas sus novelas. Jamás descubrí a los culpables.
La novela ya tuvo tres adaptaciones. Dos de ellas televisivas y la cinematográfica que realizó Sidney Lumet en el 74 con Albert Finney como el famoso detective belga. Me quedo con la última adaptación televisiva para la excelente serie británica "Aghata Christie´s Poirot" en la cual David Suchet se hizo mimético con el personaje de Poirot durante la friolera de 24 años, en la mejor composición a mi juicio del personaje hasta la fecha.
La versión de Lumet no es que fuera para tirar cohetes. Esta ni siquiera petardos. Branagh, cada vez más alejado de sus brillantes adaptaciones shakesperianas a la pantalla, se ha dejado seducir por un cine comercial donde intenta conseguir sin demasiado éxito que la espectacularidad deje hueco para guiones donde la interpretación actoral tenga algo que decir. Su Poirot es tan caricaturesco como el bigote que luce o la labor de maquillaje de todo el elenco, que los acartona y los convierte en recortables de papel amarilleado por el tiempo. Branagh intenta "modernizar", actualizar, descentralizar, desteatralizar, una pieza que en sí es ya maestra y que lo que hay que hacer es hacerla bien, simplemente, porque funcionará por sí sola. El volumen de los personajes lo sustituye Branagh por el falso volumen de ese perenne telón de fondo (en sentido literal) de las montañas nevadas donde se detiene el tren. Un lugar tan pretencioso y teatral por donde seguro que ninguna linea de tren pasaría por seguridad. Su Poirot no solo ha perdido barriga, se ha hecho más apuesto y se acerca más a su inspiración original que fue Holmes sino que ha adquirido una notable inmunidad al frío y se pasea en traje de chaqueta impecable entre la nieve de alta montaña mientras que sus células grises trabajan sin congelarse. El ego de Poirot acaba por desaparecer en el ego del actor. Se obsesiona el director por no enclaustrar las imágenes dentro del tren en una historia donde esa es una de sus bazas y nos dispersa con una reiteración de planos pretenciosos y forzados del exterior de los vagones. La conclusión final en la boca del túnel va en esa linea y el preámbulo en el muro de las lamentaciones habría sonrojado al mismísimo Poirot.
Es sabido que la inspiración de la historia original se basó en el caso del secuestro y asesinato del hijo del famoso aviador Charles Lindbergh en 1932.
En el haber algunos planos escasos donde la solvencia contrastada de algunos interpretes se libera momentáneamente. La fotografía de Haris Zambarloukos , habitual de Branagh parece seguir anclada con alguna excepción al mundo de fantasía de "Thor" o "Cenicienta" convirtiendo el entorno exótico de las novelas de Poirot, supongo que intencionadamente, en el mejor de los casos en un fondo teatral cuando no en una atmósfera de videojuego. A veces tengo la sensación de estar viendo algunas escenas de la película de animación "The Polar Express" (Robert Zemeckis / 2004). El éxito de taquilla le han dado billete a este Poirot disfrazado de Branagh para seguir "actualizando"  sus casos con "Muerte en el Nilo" otro de los clásicos de Agatha.  Afortunadamente el resucitado Poirot desde su muerte en el 75 a manos de su autora seguirá de la mano de la novelista inglesa Sophie Hannah deleitándonos con sus excentricidades mientras resuelve el enésimo crimen misterioso.

cineziete.wordpress.com 
ELZIETE
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