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España España · Madrid
Voto de Áralan:
7
Drama Década de 1990. Tonya Harding es una prometedora patinadora sobre hielo estadounidense, una joven de clase obrera, siempre bajo la sombra de su implacable e insensible madre, pero con un talento innato capaz de hacer un triple axel en competición. En 1994, su principal rival para los Juegos Olímpicos de Invierno es su compatriota Nancy Kerrigan, a la que, poco antes de los Juegos, un matón a sueldo la golpea la rodilla con una barra de ... [+]
26 de diciembre de 2017
76 de 91 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dentro del mundo del deporte, del cine, y del espectáculo en general, nos encanta tanto crear leyendas como destruirlas. Con la familia ocurre lo mismo. Muchas veces, a quienes menos soportas es a quien has adorado desde pequeño, con quien has convivido. "Quien más te quiere, más te hará sufrir", dicen. O algo así.

Pues de esto va esta cinta: sobre una patinadora "amada" y golpeada por su madre, por su marido, por una masa llamada público, por una crítica especializada (esa que dice saber de lo que habla aunque los criterios estéticos anden en las mismas antípodas que las estrellas o puntos que asignan) y por la vida.

Con una cámara que no para quieta y en base a un montaje dinámico, asistimos a los "amores", las hostias y los odios que esta patinadora tuvo que sufrir antes, durante y después del "incidente" que la puso en el punto de mira de toda la sociedad estadounidense. Primero fue "amada" y golpeada por una madre dura y seca interpretada por una espectacular Allison Janey (¡qué recuerdos de El ala Oeste de la Casa Blanca!), luego por su violento novio y marido (un correcto Sebastian Stan) y, finalmente, por unos jueces que admiraban su patinaje pero cuyas puntuaciones para las clasificaciones locales y olímpicas tenían casi más en cuenta su vestimenta y su volátil vida personal que su técnica. Sin embargo, cuando consigue hacer lo que ninguna patinadora había hecho hasta entonces, público y crítica se rinden ante ella; empiezan a conocerla, a adorarla. A servirse de ella.

Desgraciadamente, llega el incidente. Y ahí cambia todo, incluyendo la película. Y el público. Y Margot Robbie. En la mejor interpretación de su carrera por la cantidad de registros que maneja en una única cinta, la vemos pasar de adolescente vulgar e hija sufriente a esposa maltratada y patinadora constante amargada en las derrotas y eufórica en los éxitos. Y suma y sigue. La vemos hundirse con la crítica de unos medios que la habían encumbrado para terminar haciendo del "incidente" pura carnaza televisiva, independientemente de si pasó lo que pasó o no.

Gracias a estas dos estupendas actrices, la película se libra de lo que de otra manera podría haber sido catalogada como "una película del montón". Sinceramente, no es una película de virguerías técnicas ni de originalidad cinemática o cinematográfica, por más que conjugue falsas entrevistas con realidad, hablar a cámara al estilo de House of Cards, algún falso plano secuencia y que los efectos especiales de Margot Robbie "patinando" estén bastante bien. Es una película de interpretación. De actrices. De ellas. Ellas hacen todo aunque haya algún bache narrativo en el ritmo allá por los cuarenta minutos de película que dura más de lo necesario. La película habría estado perfecta con quince minutos menos. Se recupera también por el cambio a "thriller" en el que desembocó el rocambolesco incidente y que da una nueva oportunidad a todos (y todos y todas lo aprovechan) para seguir evolucionando intepretativamente con la película.

En definitiva, I, Tonya se ve muy bien pero que me deja la misma sensación que me dejó Dallas Buyers Club en su día: qué buenas actuaciones, la historia es interesante... pero temo que de aquí a dos años tendré que hacer esfuerzos por recorar el título, no así a las actrices.

Pero sí, creo que nadie sentirá que pierde el tiempo visionándola.

Es mi opinión.
Áralan
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