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España España · Mexico
Voto de Alfie:
8
Western Western ambientado en la América pionera sobre las relaciones que se establecen entre Cole Harden, un vaquero honesto, y Roy Bean, un juez caprichoso y de singular moralidad. Notable duelo interpretativo que le valió el Óscar al gran Walter Brennan. (FILMAFFINITY)
8 de septiembre de 2009
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
La figura del juez siempre ha estado presente en el cine. En la mayor parte de las ocasiones su protagonismo se ha visto superado por brillantes abogados, carismáticos acusados o fiscales implacables. Sin embargo, ha habido unos cuantos inolvidables: Charles Laughton, en “El Proceso Paradine” dando vida a un juez ponderado y con un gran sentido de la justicia; Isabelle Huppert, en “Borrachera de Poder” demostrando que una juez también puede ser severa e inexorable; o más jocosamente, aunque igual de genial, Larry Flint cuando interpretó a uno de los magistrados que le juzgó en el biopic de su vida. Pero sin duda, ninguno como el incompetente, el inefable y el borracho juez Roy Bean. Un personaje, en todo el concepto de la palabra, que toma vida en la piel de uno de los mejores actores de westerns de todos los tiempos: Walter Brennan.

Es de decencia cinematográfica que este actor sea recordado constantemente y más cuando hablamos de “su” género por excelencia. Partícipe de una decena de obras maestras (repasando su filmografía todavía me quedo impresionado), Brennan fue recompensado en este film de Wyler con el tan merecido Óscar. El guión y la cámara del cineasta americano le ofrecen un amplio panorama para su lucimiento personal y para desarrollar un papel único en una cinta marcada por las relaciones que se establecen entre los protagonistas. En plena guerra entre los ganaderos y los nuevos colonos, en el estado de Texas la lucha por la tierra adquiere tintes sangrientos. En un rinconcito del mismo, el juez Roy Bean (tabernero borracho y admirador de la actriz Lily Dantry) imparte una dudosa justicia con la soga en una mano y el revólver en la otra. Justicia parcial y que tiene en la expulsión de los nuevos colonos su fin último. En plena vorágine de dichos acontecimientos aparece Cole Harden (Gary Cooper) un jinete solitario y de integridad manifiesta que establecerá con el juez una curiosa relación admiración-odio.

La manera de filmar de Wyler es excelente, como siempre. Los movimientos de cámara, los numerosísimos y diferentes planos que completan cada escena o el perfecto acompasamiento con la música del maestro Tiomkin repiten como rasgos habituales también en “The Westerner”. Además, el amor incondicional del juez Bean hacia la actriz Lily Dantry o la relación de Harden con la hija de un colono vuelven a dar ese toque romántico que adornaba habitualmente las películas del director. Tercero de sus grandes westerns, se puede considerar un término medio entre su “Ciudad sin Ley”, donde el alcohol y los pistoleros corrían a raudales, y “Horizontes de Grandeza”, una épica producción más cerca de lo melodramático que del western. Final a la altura, colofón de un duelo interpretativo que siempre ganó Brennan, para una cinta que quedará marcada en la historia como el culmen de un actor que durante unas cuantas décadas hizo el deleite de los espectadores y que será recordado como uno de los grandes del lejano oeste.
Alfie
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